La Presidencia de República Democrática del Congo (RDC) ha denunciado este domingo un "bloqueo deliberado" por parte de Ruanda a las conversaciones previstas entre ambos en Angola para abordar el conflicto entre RDC y el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) en el este del país, advirtiendo de que "esta postura irresponsable pone en peligro la paz y compromete los principales avances registrados".
"La RDC condena firmemente esta nueva maniobra de mala fe que revela una vez más la falta de voluntad real de Ruanda de adoptar un enfoque sincero en favor de la paz. Este comportamiento no sólo perjudica la estabilidad regional, sino que también constituye una violación de los principios acordados en el marco de iniciativas internacionales y regionales", reza un comunicado publicado en su perfil de la red social Facebook.
Horas antes, la oficina del presidente congoleño, Félix Tshisekedi, ya había informado de que la anulación de la cumbre tripartita ha tenido lugar por la negativa de la delegación ruandesa de participar en el encuentro al condicionar la firma del acuerdo a "la organización de un diálogo directo" entre las autoridades congoleñas y el M23, extremo rechazado por Kinshasa.
Sin embargo, en este nuevo comunicado ha asegurado que "toma nota del fracaso de la celebración de la reunión" y ha remarcado que introducir esta condición "a última hora", contrariamente a discusiones anteriores, Ruanda demuestra una vez más su apoyo incondicional al M23, grupo terrorista implicado en graves violaciones de Derechos Humanos y actividades desestabilizadoras en RDC".
Por otro lado, Tshisekedi ha saludado el "papel crucial desempeñado" por su homólogo angoleño, Joao Lourenço, "en los esfuerzos de medicación", mientras que ha pedido a la comunidad internacional que "extraiga las consecuencias de este fracaso y actúe con firmeza frente a la actitud de Ruanda". "RDC reafirma su compromiso de continuar los esfuerzos para restablecer una paz justa y duradera en los Grandes Lagos a través del proceso de Luanda", ha concluido.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Angola, Téte António, ha manifestado que el proyecto de acuerdo para alcanzar la paz en el este de RDC "ya está negociado en un 99 por ciento", puesto que ha habido entendimientos en cuestiones clave como la retirada de las fuerzas ruandesas y del grupo rebelde Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR).
El jefe de la diplomacia angoleña ha asegurado que la cuestión del M23 es el único punto del proyecto de acuerdo que quedaba por negociar en una reunión ministerial en la que las partes no llegaron a ningún consenso. Ante esta diferencia, "una de las partes pidió el aplazamiento de la cumbre hasta que haya por tanto un lenguaje común sobre este aspecto", según recoge la agencia de noticias Angop.
La cumbre había sido presentada como una oportunidad para que ambos países lograran un acuerdo negociado a sus tensiones en torno al conflicto entre las fuerzas de RDC y el M23. Lourenço ha jugado un papel de mediador como representante de la Unión African (UA), y en el pasado a recibido a las delegaciones para intentar que acerquen posturas.
De hecho, Angola logró en agosto mediar una frágil tregua entre las partes, si bien se han seguido registrando enfrentamientos intermitentes en la zona, en medio de las acusaciones cruzadas entre el Ejército y el M23 sobre violaciones del pacto, que sin embarco sigue técnicamente en pie.
El M23 es un grupo rebelde integrado principalmente por tutsis congoleños que opera principalmente en la provincia de Kivyu Norte. Tras un conflicto entre 2012 y 2013, se firmó un acuerdo de paz, si bien el grupo lanzó una nueva ofensiva a finales de 2022.
La situación ha provocado una crisis diplomática entre RDC y Ruanda por su apoyo al grupo, haciendo temer un conflicto a gran escala. Kigali, por su parte, acusa a Kinshasa de reprimir a los tutsis congoleños con apoyo de grupos como las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), fundado e integrado principalmente por hutus responsables del genocidio de 1994 en Ruanda.