Londres, 16 dic (EFE).- Más de un centenar de parlamentarios del Reino Unido han pedido al ministro de Exteriores, David Lammy, que presione a Egipto para la liberación del bloguero de doble nacionalidad Alaa Abdelfatah, encarcelado en ese país de manera casi ininterrumpida desde la llegada al poder de Abdelfatah al Sisi en 2014.
Un total de 107 miembros de las cámaras de los Comunes (baja) y los Lores (alta) firmaron una misiva remitida el domingo al jefe del Foreign Office, quien cuando estaba en la oposición, antes de la victoria electoral laborista del pasado 4 de julio, defendía el caso de este activista.
En la carta, difundida hoy por la campaña a favor de Abdelfatah, los parlamentarios dicen estar "profundamente alarmados" por el trato dispensado a un nacional británico e instan a Lammy a "emplear todas las herramientas diplomáticas a su disposición" para asegurar su puesta en libertad.
"Esto le permitiría reunirse finalmente con su hijo de 13 años, Khaled, que vive en Brighton (sureste inglés), donde asiste a una escuela de educación especial", señalan.
Los firmantes recuerdan que el activista prodemocracia tenía que haber sido liberado cuando acabó su sentencia el pasado 29 de septiembre, pero la Administración egipcia le mantuvo encarcelado al no computarle, como marca el reglamento, la prisión preventiva.
Desde ese día, su madre, Laila Soueif, está en huelga de hambre, y el 12 de diciembre empezó una protesta por la que se sienta cada día entre las 10 y 11 GMT delante del ministerio de Exteriores de Londres.
Lammy recibió el pasado 27 de noviembre a las hermanas del detenido, Mona y Sanaa, a quienes aseguró que trabajaba para conseguir que las autoridades egipcias le permitieran asistencia consular y por su pronta liberación.
Los simpatizantes de Abdelfatah creen que el Gobierno británico podría hacer más por él, como consensuar una estrategia entre diferentes ministerios; convocar al embajador egipcio en Londres o imponer una moratoria a la ayuda de cooperación o a las inversiones públicas del Reino Unido en Egipto. EFE