Hamilton Mourao, el que fuera último 'número dos' del expresidente brasileño Jair Bolsonaro, ha reconocido que sí hubo reuniones en las que algunos militares plantearon la posibilidad de no reconocer la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva, pero que no pasaron más allá de meros "pensamientos".
Mourao ha señalado que revertir un proceso electoral por la fuerza hubiera lanzado al país hacia el "caos" y en ese sentido ha aplaudido la postura del que fuera entonces comandante del Ejército, Marco Antonio Freire Gomes, que se negó a participar de esta trama golpista.
Así, Mourao ha intentado minimizar la cuestión a afirmar que se trató de una "conspiración sin sentido" a través de "conversaciones de WhatsApp" y que si bien hubo "reuniones", ninguna de ellas "llevó a acción alguna".
"En lenguaje militar, definimos como 'acciones tácticas' todo aquello en lo que haya movimiento. No hubo nada de eso. Hubo pensamiento, no pasó de eso", ha dicho en una entrevista publicada este lunes en el diario 'O Globo'.
Asimismo, el exvicepresidente brasileño ha insistido en que para que se produjera un golpe de Estado era necesario la presencia de los militares en las calles, así como de "disparos y bombas", condiciones que no se dieron.
Mourao también ha restado importancia a la investigación de la Policía sobre un supuesto plan para matar a Lula y al vicepresidente Geraldo Alckmin, refiriéndose al asunto como "un lío de conversaciones de WhatsApp" entre unos imputados que duda tuvieran las "mínimas condiciones" para llevar a cabo lo que pretendían.
"Es algo surrealista", ha valorado Mourao, quien ha a su vez ha negado haber participado en ninguna de las reuniones que se celebraron en la residencia oficial del presidente de Brasil tras la segunda vuelta de las elecciones, si bien ha reconocido que sabía de su existencia, no así del contenido de las mismas.