Por Fernando Czyż
Buenos Aires, 16 dic (EFE).- Luego de la consagración de Vélez Sarsfield como campeón y el final del Torneo de la Liga Profesional del Fútbol Argentino, River Plate y Boca Juniors cierran su balance del 2024 con un balance súper deficitario y con muchos interrogantes de cara a 2025.
El ‘Millonario’, que comenzó el año bajo la conducción de Martin Demichelis en marzo logró el único título de 2024 en la Supercopa Argentina en la que derrotó a Estudiantes de La Plata por 2-1.
Esta consagración, que es un resabio del año anterior por haber logrado ser campeón de la Liga en 2023, pudo haber sido un punto de inflexión en la era Demichelis.
Sin embargo, después el contraste de una Copa de la Liga Profesional con eliminación en cuartos de final nada menos que ante Boca y un temprano adiós en la Copa Argentina frente al débil Temperley contrastaron con una buena fase de grupos de Copa Libertadores, donde el ‘Millonario’ terminó primero y el mejor la etapa regular.
Una sintonía fallida con la plantilla y con el público riverplatense derivó que a mitad de año, y con Marcelo Gallardo libre, la dirigencia ensayara un cambio brusco de timón con la salida de Demichelis y el desembarco del ‘Muñeco’, uno de los tres entrenadores más laureados y reconocidos en toda la historia del club.
Con Gallardo ya en la conducción, más los desembarcos en el mercado e invierno de Germán Pezzella, Marcos Acuña, Maximiliano Meza y Fabricio Bustos, la ilusión de River se volvió a encender y llegar a la final de la Copa Libertadores en casa, el Estadio Monumental, no parecía una utopía.
Sin embargo, la segunda era Gallardo comenzó con tropezones a nivel local y superando dos fases de Copa Libertadores: octavos de final ante Vélez Sarsfield y cuartos de final contra Colo Colo con lo justo.
La dolorosa eliminación ante Atlético Minerio se semifinales de Copa Libertadores truncó el sueño de la quinta ‘gran conquista’ en una remozada casa como es el Estadio Monumental.
A este escenario se agregó el mal desempeño en el Torneo de la Liga Profesional donde terminó quinto y una angustiante clasificación a la Copa Libertadores 2025 con la última plaza directa a la fase de grupos.
Para Boca el año fue aún peor porque no conquistó ningún título, no disputó ninguna final y su participación internacional fue decepcionante en la Copa Sudamericana.
Con Diego Martínez como técnico debutante en 2024, la Copa de la Liga Profesional encontró los mejores destellos de fútbol, una serie de cuartos de final triunfal ante River y una eliminación ante Estudiantes de La Plata en semifinales pero siendo superior al rival.
En paralelo, Boca tuvo una irregular participación en la fase de grupos de la Copa Sudamericana, terminando segundo de su zona detrás de Fortaleza de Brasil y obligado a disputar una serie de repechaje para seguir en competencia.
Luego de superar a Independiente del Valle en el mano a mano eliminatorio de repesca, Boca sufrió una dolorosa eliminación por penaltis contra Cruzeiro, con definición en Belo Horizonte.
En el segundo semestre y con solo dos frentes locales abiertos en Copa Argentina y Torneo de la Liga Profesional, el ciclo Martínez se desgastó hasta que se agotó.
Juan Román Riquelme, presidente de Boca, optó por otro exjugador de la ‘Casa’ para tomar las riendas y repatrió a Fernando Gago del fútbol mexicano, más precisamente de las Chivas de Guadalajara.
Ya con Gago como entrenador Boca superó dos instancias de Copa Argentina pero se quedó en el camino ante Vélez Sarsfield tras caer 4-3 en semifinales, mientras que en el Torneo de la Liga mejoró su participación pero nunca estuvo en competencia para disputar el título.
Tras la consagración de Vélez, Boca se quedó con la plaza de Fase Preliminar 2 de Copa Libertadores 2025, donde deberá sortear dos series para llegar a fase de grupos.
Luego de un año para el olvido, los dos clubes más grandes de la Argentina: Boca Juniors y River Plate deberán asumir el desafío de revalidar los pergaminos en 2025, sin mucho margen de error. EFE