Jerusalén, 11 dic (EFE).-El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, negó nuevamente este miércoles todas las acusaciones de corrupción en su contra y dijo que nunca sobornó a representantes de medios para obtener una cobertura favorable.
"No hubo ninguna conversación sobre un 'quid pro quo', no se me pasó por la cabeza", dijo Netanyahu respecto al denominado caso 4000, que involucra al empresario Shaul Elovich, antiguo dueño del medio digital israelí Walla.
Según la declaración del mandatario israelí, durante una cena con dicho empresario en 2012 no le persuadió para lograr una cobertura favorable de cara a la opinión pública, sino que intentó promover un mercado mediático más equilibrado y diverso en Israel.
"Sus opiniones (de Elovich) fueron claras durante la cena, así que le dije: 'Tienes opiniones de derecha, has heredado un sitio web de (el editor del medio israelí Haaretz, Amos) Schoken que él construyó a su imagen, así que deberías construir un sitio web a tu imagen", afirmó Netanyahu.
En el apodado caso 4000, los fiscales afirman que entre 2012 y 2017 Elovitch, a cambio de favores regulatorios para el grupo de telecomunicaciones Bezeq -del que es accionista mayoritario-, permitió que la cobertura de Walla se inclinara hacia los intereses de Netanyahu y su familia.
Al ser interpelado sobre los presuntos favores que concedió a la empresa Bezeq, Netanyahu destacó que, por el contrario, apoyó una reforma de Internet para una libre competencia.
"Bezeq controlaba los cables (de Internet), necesitábamos abrir este monopolio y abrir esta infraestructura a otras empresas (…) Yo estaba proponiendo una reforma que causaría graves daños a Bezeq. Esto contradice totalmente esa teoría, la desmorona", dijo el primer ministro en su defensa.
A las puertas del tribunal de distrito de Tel Aviv, al igual que ayer, se reunieron de nuevo decenas de personas a favor de la inocencia de Netanyahu y en su contra debido a presuntos delitos de soborno, fraude y abusos de confianza cometidos entre 2007 y 2017.
Ayer martes, Netanyahu aseguró haber esperado ocho años “para decir la verdad” tal como la recuerda, tras años de atrasos de sus comparecencias judiciales, ahora decretadas en tres sesiones semanales de seis horas en los próximos tres meses.
Este juicio marca un hito en la historia de Israel, al ser la primera vez que un primer ministro declara como acusado en un juicio penal; en casos previos, sus antecesores renunciaron antes de enfrentar procesos judiciales.
Además del caso 4000, Netanyahu, de 75 años, se enfrenta a la justicia por otros dos casos, el 2000 y el 1000, también asociados a los delitos antes mencionados de los que él se declara inocente. EFE