Si se tienen en cuenta las emisiones de los incendios forestales, la tundra ártica ha pasado de almacenar carbono a ser una fuente de emisiones de carbono a la atmósfera.
Es la concluisión del Arctic Report Card 2024 de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos.
Dirigido por la iniciativa Permafrost Pathways en el Centro de Investigación Climática Woodwell, el capítulo del informe sobre el ciclo del carbono terrestre en el Ártico rastrea 40 años de monitoreo del permafrost y más de medio siglo de aumento de los incendios forestales.
En promedio, las temperaturas del permafrost medidas en 2024 fueron las segundas más cálidas registradas en los sitios de monitoreo a largo plazo en Alaska, y el año registró las segundas emisiones más altas de incendios forestales al norte del Círculo Polar Ártico.
"Las perturbaciones provocadas por el clima, como los incendios forestales, pueden durar no más de unos pocos días o semanas", dijo en un comunicado Sonnentag, quien durante los últimos 10 años fue titular de la Cátedra de Investigación de Canadá en Biogeociencias Atmosféricas en Altas Latitudes.
"Pero pueden alterar negativamente o incluso provocar la pérdida de importantes servicios ecosistémicos como la subsistencia, el clima y la regulación del clima. A pesar de sus efectos bien documentados en los ecosistemas y la sociedad, los impactos futuros de las perturbaciones provocadas por el clima siguen siendo muy inciertos".
Codirigido por colaboradores de la Universidad de Alaska-Fairbanks y la Universidad del Norte de Arizona, el capítulo del informe sobre el ciclo del carbono terrestre detalla hallazgos que se destacan entre una serie de indicadores climáticos del Ártico monitoreados anualmente por la NOAA. Por primera vez en los 25 años de historia de este informe, el ciclo del carbono terrestre se reconoce entre estas métricas principales del calentamiento y el cambio en el Ártico.
"El Ártico se está calentando a un ritmo cuatro veces superior al global", dijo Sue Natali, científica principal de Permafrost Pathways y autora principal del capítulo sobre el ciclo del carbono.
"Necesitamos un conocimiento preciso, holístico y completo de cómo los cambios climáticos afectarán la cantidad de carbono que el Ártico está absorbiendo y almacenando, y cuánto está liberando de nuevo a la atmósfera, para poder abordar esta crisis de manera eficaz", dijo.
"Este informe representa un paso fundamental hacia la cuantificación de estas emisiones a escala, lo cual es fundamental para comprender sus impactos en el clima global e informar sobre estrategias equitativas de mitigación y adaptación".
Brendan Rogers, codirector de Permafrost Pathways y coautor del capítulo sobre carbono del informe, añadió: "En los últimos años, hemos visto cómo el aumento de la actividad de los incendios provocado por el cambio climático amenaza tanto a las comunidades como al carbono almacenado en el permafrost, pero ahora estamos empezando a poder medir el impacto acumulativo en la atmósfera, y es significativo".
OBSERVACIONES SIN PRECEDENTES
El informe Arctic Report Card, en el que han participado 97 científicos de 11 países, revela observaciones sin precedentes de un Ártico que se calienta rápidamente, como el aumento de las temperaturas del aire, la disminución de las grandes manadas de caribúes del interior y el aumento de las precipitaciones. Estos impactos climáticos y otros amenazan la salud, la subsistencia y los hogares de muchas comunidades indígenas que viven en el Ártico.
"El informe de este año demuestra la urgente necesidad de adaptación a medida que las condiciones climáticas cambian rápidamente", dijo Twila Moon, editora principal del informe y científica adjunta principal del Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo de Estados Unidos. "El conocimiento indígena y los programas de investigación dirigidos por la comunidad pueden informar respuestas exitosas a los rápidos cambios del Ártico".