Redacción Ciencia, 11 dic (EFE).- La Vía Láctea surgió hace 13.500 millones de años pero no podemos ver cómo sucedió. Lo más parecido es observar galaxias similares, como Firefly Sparkle, formada 600 millones de años después del Big Bang y cuya observación detallada ha proporcionado nueva información sobre la formación temprana de las galaxias.
Los hallazgos, cuyos detalles se han publicado este miércoles en Nature, se basan en observaciones del telescopio espacial James Webb (JWST), de las agencias espaciales de Estados Unidos, Europa y Canadá.
Este telescopio es una maravilla tecnológica capaz de operar en el infrarrojo y ver objetos fríos o muy lejanos, como los que se encuentran en el universo primitivo, como la galaxia Firefly Sparke (Destello de luciérnaga, en español).
Hasta ahora, las galaxias más lejanas detectadas datan de cuando el Universo tenía alrededor del 5% de su edad actual pero estas galaxias son unas 10.000 veces menos masivas que la Vía Láctea y su escasa masa dificulta su observación.
Pero gracias a este avanzado telescopio espacial, combinado con el fenómeno denominado 'lente gravitacional', estas galaxias de baja masa no solo pueden ser detectadas, sino que además pueden ser estudiadas con detalle.
Firefly Sparkle fue descubierta con el telescopio espacial Hubble, pero ahora las nuevas observaciones detalladas del JWST, realizadas por un equipo de astrónomos de Bangladesh, Canada, Dinamarca, Japón, Eslovenia y Estados Unidos, han proporcionado nueva información sobre la formación de esta lejana galaxia.
Para hacer el estudio, Lamiya Mowla, del Wellesley College (Estados Unidos), y Kartheik Iyer, de la Universidad de Bangladesh, emplearon espectrometría y lentes gravitatorias, unos fenómenos que pueden usarse para detectar la presencia de objetos masivos invisibles.
El efecto de lente gravitatoria se produce cuando estructuras masivas deforman la trayectoria de la luz entre un objeto astrofísico y su observador. El efecto de esta distorsión hace que el objeto del fondo se vea como se viera con una lupa cósmica.
Gracias a esa observaciones, el equipo ha estimado que la galaxia se encuentra a un desplazamiento al rojo de 8,3, lo que sitúa a Firefly Sparkle en los primeros 600 millones de años del Universo.
Los autores también han observado dos galaxias vecinas, a las que han llamado "Luciérnaga-Mejor Amiga" y "Luciérnaga-Nueva Mejor Amiga", y que están situadas a 6.000 y 40.000 años luz de Firefly Sparkle, menos del tamaño de la actual Vía Láctea.
Firefly Sparkle es más pequeña y tenue que otras galaxias similares y, según los autores, podría ser una galaxia joven y rica en gas que se encuentra en su fase inicial de formación. Además, la masa de todas las estrellas que contiene es alrededor de diez millones de veces la del Sol.
Esto convierte a Firefly Sparkle en una de las galaxias de menor masa observadas hasta ahora en el amanecer cósmico -una época en la que las galaxias empezaban a formarse-, y con una masa similar a lo que pudo ser la Vía Láctea en esta época temprana, lo que sugiere que es una galaxia similar a la nuestra.
En un artículo adjunto de News & Views, el astrónomo de la NASA y de la Universidad de Maryland (Estados Unidos), Brian Welch, apunta que "aunque el destino de Firefly Sparkle y sus amigas no puede determinarse a partir de los datos, el estudio de estas posibles progenitoras de la Vía Láctea puede proporcionar pistas sobre cómo se formó la Vía Láctea". EFE