España crecerá más de un 2% en 2025 y continuará siendo el motor económico europeo, según Coface

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España acabará el año creciendo un 3% y en 2025 lo hará por encima del 2%, lo que supondrá que el país seguirá siendo el próximo año el motor económico europeo, creciendo por encima de países vecinos como Francia, Italia o Alemania, según se desprende de las 'Previsiones y tendencias económicas que marcarán el mercado internacional en 2025' de Coface.

Según la aseguradora de crédito, la previsión para la economías española es mayor que la de las grandes economías europeas, como la alemana, donde la economía se contraerá un 0,2% por segundo año consecutivo y el año que viene solo crecerá un 0,4%, debido a los costes de la energía y su estrategia de depender en exceso del mercado chino.

"La única esperanza para la zona euro es el consumo, ahora que los ciudadanos tienen salarios más elevados por la bajada de la inflación. Sin embargo, en este momento, los europeos se están centrando en ahorrar, más incluso que antes del Covid", ha asegurado el jefe de macroeconomía de Coface, Bruno De Moura Fernandes.

AUMENTARÁ LA DESIGUALDAD ENTRE EE.UU. Y EUROPA

Otra de las principales claves a tener en cuenta sobre cómo va a evolucionar la economía en 2025 es la desigualdad entre Estados Unidos y Europa dado el proceso de desinflación más favorable de Estados Unidos.

Según los expertos de Coface, la victoria de Donald Trump, cuyo programa económico pretende apoyar la demanda con rebajas fiscales a la vez que limita la oferta (menos importaciones e inmigración y, por tanto, menos mano de obra), puede conllevar un mayor riesgo de inflación y, por ende, que la Fed sea más prudente y no baje tanto los tipos.

Por el lado contrario, en Europa, las empresas siguen sufriendo un fuerte aumento de los costes laborales unitarios, con un avance del 4,5% interanual, limitando sus márgenes cada vez más, lo que también se verá en 2025.

Además, la tasa de margen ha caído casi dos puntos porcentuales en Alemania y en Francia, y el doble en España e Italia, dejando a las empresas en una situación vulnerable, como demuestra el aumento de las insolvencias en los últimos meses. La vuelta de Trump a la presidencia también impactará en estas diferencias, ya que se prevé que sus primeras medidas económicas apoyaran a la actividad a corto plazo a diferencia de Europa.

Por su lado, China, inmersa en una crisis inmobiliaria y una baja demanda interna, verá su situación más complicada por la 'guerra electrónica' con Estados Unidos. Desde Coface, prevén que si esta rivalidad sigue aumentando, hay riesgo de que la industria mundial se fragmente en 2035, llegando, incluso, a romper las cadenas de suministro.

LAS ECONOMÍAS EMERGENTES REPRESENTARÁN EL 40% DEL CRECIMIENTO MUNDIAL

No obstante, la contribución más débil de los tres principales centros económicos -- Europa, Estados Unidos y China -- del mundo se verá compensada por la aceleración en muchas economías emergentes por las condiciones de financiación menos restrictivas, de manera que los nuevos 'players' representarán el 40% del crecimiento mundial en 2025, es decir, el nivel más alto desde 2012.

Esto será gracias a la aceleración de los países del Golfo, por su repunte en actividad y en producción de petróleo, de Sudamérica, liderada principalmente por Argentina frente al debilitamiento de Brasil, y del Sudeste Asiático, con países como Indonesia, Vietnam, Malasia o Filipinas manteniendo su hegemonía.

TIPOS DE INTERÉS AL 2,5% EN LA ZONA EURO A FINALES DE 2025

Coface prevé que, a finales de 2025, los tipos de interés bajen alrededor del 2% en la zona euro. No obstante, esta política monetaria más laxa para 2025 dará lugar a unas políticas fiscales más restrictivas que tendrán un efecto adverso sobre el crecimiento en la gran mayoría de los países y, especialmente, en la zona euro.

De hecho, lo que se verá en 2025 en Europa será un 'policiy mix' entre política monetaria y fiscal que no va a ser favorable. Sobre todo, en algunos países que podrían ser restrictivos con los impuestos, como Francia e Italia.

"Si las tensiones geopolíticas no se agravan y las materias primas no suben, será más fácil que las economías que peor lo están pasando puedan empezar a remontar. De lo contrario, podría venir otra oleada de inflación que complicaría más las cosas", avisa De Moura.

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