Gonzalo Sánchez
Milán (Italia), 7 dic (EFE).- El público de La Scala de Milán se rindió este sábado a la representación de 'La fuerza del destino', de Giuseppe Verdi, elegida para inaugurar su esperada temporada lírica y que terminó, entre ovaciones, evocando los espectros del odio, la venganza y las guerras… también las modernas.
La 'serata' del estreno, conocido como la ‘Prima’, tradicionalmente celebrado cada San Ambrosio, culminó con 13 minutos de aplausos y el lanzamiento de flores.
El exigente público milanés encumbró a los tres protagonistas: la soprano Anna Netrebko, como Leonora, habitual ya en esta cita; el tenor estadounidense Brian Jagde, en el papel de Don Álvaro, y el barítono francés Ludovic Tézier como Don Carlos de Vargas.
El delirio llegó incluso al 'loggione', los palcos más altos, el gallinero, donde tradicionalmente se parapeta el público más purista, preparado siempre a desatar la bronca en caso de escuchar una nota desafinada.
'La fuerza del destino' es una de las obras más profundas del repertorio 'verdiano', basada en la novela del romanticismo español 'Don Álvaro o la fuerza del sino', del Duque de Rivas.
Doña Leonora y Don Álvaro, como buenos enamorados, sueñan con fugarse juntos de Sevilla hasta que son descubiertos por el padre de ella, el marqués de Calatrava, que acaba muriendo por el disparo accidental de la pistola del amado.
Don Carlos, hijo del marqués y hermano de Leonora, jura entonces vengar a su padre. Así comienza una triste persecución, casi guiada por fuerzas sobrenaturales, que dividirá los caminos de todos hasta converger en un destino inevitable.
La escenografía, firmada por Leo Muscato, representa precisamente esa idea de fatalidad cíclica, con una trama que gira y gira sobre una plataforma, confiriéndola un notable cariz cinematográfico.
En la rueda de La Scala todo ocurre: un amor imposible, un error mortal, la fe como refugio final o un mundo que se desangra en guerras, tanto ayer como hoy.
Por eso la ambientación salta por la historia, pasando de los tiempos decimonónicos a escenarios ruinosos que bien podría ser las actuales Gaza, Mariupol o Beirut.
Todo para plantear al mundo moderno la misma pregunta que probablemente se hicieron el Duque de Rivas primero y Verdi después: ¿quien accionó realmente el arma, qué o quién desastó el desastre? ¿Fue el hombre o la el destino?.
'La fuerza' es conocida como la obra 'innombrable' o maldita de Verdi, al menos por los más supersticiosos, debido a varios hechos que oscurecieron su fama a lo largo de la historia.
Su estreno en 1862 en el Teatro Imperial de San Petersburgo se atrasó por la repentina enfermedad de su 'primadonna', Verdi tuvo que rehacer después su composición y el libreto fue el último escrito para Verdi por Francesco María Piave, paralizado por un ictus.
Otras vicisitudes, como la muerte del barítono Leonard Warren en 1960 por una hemorragia cerebral mientras la interpretaba, contribuyeron a esta "leyenda negra".
Se crea o no en el sino, esta obra no ha estado exenta de sobresaltos ya que La Scala tuvo que renunciar a última hora a su protagonista, Jonas Kaufmann, con problemas familiares, y sustituirlo por Jadge, que viene de recitar esta misma pieza en el Liceo barcelonés.
No obstante, el teatro milanés ha decidido, con acierto, desafiar a cualquier augurio y proponer esta imponente pieza 'verdiana', repleta de coros y acción, que no abría su temporada desde el remoto 1965.
Y lo ha hecho con un éxito rotundo y sin grandes sobresaltos, solo un montón de estiércol esparcido a las puertas del teatro para protestar contra la guerra en Oriente Medio.
Dentro, como siempre, los pasillos de La Scala volvieron a llenarse de hombres y mujeres engalanados y enjoyadas, empresarios y famosos de mayor o menor pelo.
Aunque en esta ocasión en el palco de honor no se sentó el presidente de la República, Sergio Mattarella, en París por la inauguración de Notre Dame, sino que fue reemplazado por la senadora vitalicia Liliana Segre, superviviente de Auschwitz.
Pero la ‘Prima’ no se limita a sus salones sino que, como en los años anteriores, ha sido retransmitida en directo por la televisión pública italiana y a numerosos países, entre España y Sudamérica.
'La Fuerza' se repetirá hasta el 2 de enero y luego vendrán otros clásicos, como 'Falstaff' (1893) o la 'Tosca' (1900) de Puccini, que cumplirá 125 años de historia cuando se acaba de conmemorar el centenario de la muerte del compositor.
Pero el 2025 depara una sorpresa especial en La Scala: el estreno, en abril, de la primera ópera basada en la novela de Umberto Eco 'El nombre de la rosa', que pondrá música a las intrigas monásticas del inolvidable fray Guillermo de Baskerville. EFE
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