Luis Miguel Pascual
París, 5 dic (EFE).- Tras semanas de informaciones que indican que el vestuario del París Saint-Germain ha comenzado a cansarse de Luis Enrique, el técnico español se encuentra en una encrucijada: por delante tiene dos partidos para apagar el incendio.
El ex seleccionador español compareció este jueves ante los medios, un día antes del partido liguero contra el Auxerre, y, fiel a si mismo, se mostró desafiante con la prensa que en los últimos días le colocan en el ojo del huracán de los problemas del equipo, que encadena dos derrotas consecutivas en Europa.
A ello se suma un empate en la liga francesa, donde es dominador absoluto, lo que ha puesto en marcha el ventilador de informaciones sobre tensiones en el seno del vestuario.
"Este es un vestuario magnífico, diría que excepcional, con un nivel humano top y un nivel profesional excelente. No voy a contestar a mentiras, falsedades o rumores", dijo en conferencia de prensa.
El técnico se la juega. Primero en Auxerre, donde el equipo debe recuperar la fiabilidad que ha mantenido en Francia desde el principio del año, pero que el empate contra el Nantes en la última jornada ha puesto en entredicho.
Pero la auténtica reválida tendrá lugar el martes próximo en Salzburgo, por donde pasan buena parte de las opciones de supervivencia del equipo en Liga de Campeones.
Con una sola victoria en su casillero, un empate y tres derrotas, el conjunto de Luis Enrique afronta las tres últimas jornadas de este nuevo formato de la competición europea en el puesto 25, fuera incluso de los que dan acceso a la repesca.
En las cuentas del club, dos victorias en los tres partidos que restan deben servir para que su andadura continental no se trunque a las primeras de cambio, algo inédito desde el aterrizaje catarí en el Parque de los Príncipes en 2012.
Salzburgo aparece como el duelo más al alance del PSG, que el 22 de enero recibirá al Manchester City, otro club en crisis, para cerrar la primera fase en Stuttgart.
El crédito del entrenador de puertas para adentro parece intacto, como ponen de manifiesto los mensajes de apoyo lanzados desde la dirección
"Tenemos una estrategia a corto, medio y largo plazo y creo plenamente en el entrenador, en los jugadores y en todo nuestro equipo. Nuestro proyecto tiene cimientos sólidos y vamos a seguir construyéndolo", aseguró el presidente, Nasser Al-Khelaifi, al diario L'Équipe.
Pese a ello, el 'run run' es creciente y los duelos contra el Auxerre y frente al Salzburgo son claves para apagar esa llama creciente si el entrenador no quiere jugarse su futuro en un ambiente aun más hostil.
"Llevo 30 años en el fútbol y no pierdo el tiempo en mentiras, no lucho en esa guerra. Nunca hablo mal públicamente de un jugador, si tengo que decir algo lo hago en el vestuario", señaló.
Hasta los medios ha llegado que Luis Enrique se tiene que enfrentar al desafío de Ousmane Dembelé. El ex jugador del Barcelona fue excluido de la concentración antes del partido contra el Arsenal a principios de octubre, oficiosamente por haber plantado cara al técnico.
En el último duelo contra el Bayern Múnich fue expulsado, lo que minimizó las opciones de remontada del PSG.
Pese a todo, Luis Enrique defiende su trabajo y asegura que el PSG está haciendo "una buena temporada".
"Nos ha faltado acierto en Europa pero son problemas que podemos solucionar. Los resultados no se corresponden con lo que yo he visto en el campo", aseguró el entrenador, reiterando uno de sus argumentos más manidos para explicar su bajo rendimiento en la Liga de Campeones. EFE