São Paulo, 5 dic (EFE).- La forma de fabricar queso artesanal en el estado brasileño de Minas Gerais, reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, es una tradición que engloba secretos familiares, más de tres siglos de historia y une en un mismo sentimiento a pequeños productores de 106 municipios.
El reconocimiento llenó de orgullo a trabajadores de la industria de este estado ubicado al sureste del país, quienes, en conversación con EFE, comentaron sobre todo lo que representa esta declaración internacional y la implicación en sus vidas cotidianas.
Rômulo Sabarense da Costa, dueño de la tienda digital Serro do Queijo, que representa a productores de la región de Serro, dijo que la declaración de la Unesco fomenta “el reconocimiento de una cultura” que se ha moldeado en base a este producto.
“El queso ha forjado una forma de ser y de vivir, y ha creado un dialecto propio que solo entienden los habitantes de Minas Gerais. Este reconocimiento ha abierto al mundo algo que estaba oculto en nuestras montañas” afirmó.
“Son solo cuatro ingredientes, pero te transportan a una complejidad de vivir, saborear y sentir”, declaró este jueves el comerciante de 46 años.
La manera artesanal de hacer queso de Minas fue reconocida a nivel nacional en 2008 por el Instituto Brasileño del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (IPHAN), el mismo organismo que presentó la solicitud a la Unesco en marzo de 2023 para que la metodología sea tomada en cuenta a nivel estatal.
Según la tradición, el queso característico del estado de Minas Gerais se elabora con leche cruda, producida por pequeños productores rurales que en ningún momento del proceso utilizan maquinarias industriales.
La maduración del queso, un “proceso fundamental desde el punto de vista sensorial y sanitario” según el gobierno del estado, se realiza de manera natural, y el tiempo recomendado va desde los 14 hasta los 22 días, dependiendo la región.
Marisa de Lima Carvalho, cuarta generación de productores de queso en la región de Serra da Canastra, manifestó que la declaración es un reconocimiento "para la agricultura familiar", ya que la metodología de producción quesera es una tradición que se transmite entre generaciones.
"No solo genera valor para el producto en sí, sino que además mejora la renta y pone el foco en las familias", expresó.
Los comerciantes que trabajan en el Mercado Central de Belo Horizonte, capital del estado, reconocen que el queso es la estrella del lugar.
Debenito, propietario del comercio Lácteos Tupiguá, presente en el famoso mercado hace 52 años, vende 45 quesos distintos de productores locales de 11 regiones del estado.
El empresario contó a EFE que el queso es muy importante para las familias mineiras que lo consumen “al menos tres veces a la semana” y adelantó que este reconocimiento internacional obtenido representa una “victoria muy grande” que “va a aumentar las ventas”.
Por su parte, Celita Gonçalves Costa de Lácteos Irmãos Costa vende quesos en el mercado hace 60 años y ya tiene clientes de todo el mundo.
“Tengo gente de Estados Unidos, Francia, Portugal, Río (de Janeiro), São Paulo, Brasilia…” cuenta la empresaria.
Según la secretaría de Agricultura de Minas Gerais, esta industria produce a nivel estatal casi 40.000 toneladas de queso anuales, genera ingresos superiores a los 2.000 millones de reales (332 millones de dólares) y aproximadamente 50.000 empleos directos e indirectos. EFE
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