El cohete europeo Vega C vuelve a volar para lanzar un satélite de observación terrestre

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Madrid, 4 dic (EFE).- El cohete europeo Vega C vuelve hoy al espacio, tras un parón de dos años, para poner en órbita un nuevo satélite Sentinel 1, que forma parte de la familia Copernicus, el programa de la Unión Europea destinado a la observación de la Tierra.

El lanzamiento se realizará desde el puerto espacial europeo de Kurú (Guayana Francesa) a las 18.20 hora local (21.20 GMT), después de que la semana pasada se retrasara 24 horas, del día 3 al 4, para hacer verificaciones suplementarias. Ahora todo está listo para el despegue.

"Este es un lanzamiento muy importante", destacó en un encuentro virtual con la prensa el jefe de programas de vuelo de la Agencia Espacial Europea (ESA), Stefano Bianchi, quien recordó que Vega C es, junto con Ariane 6, "los pilares del acceso independiente de Europa al espacio".

Vega C ha pasado dos años en tierra por el fracaso de su primera misión comercial, en la que se perdieron los dos satélites que transportaba, debido a un fallo en la tobera del motor Zefiro-40 de la segunda etapa del cohete.

Pensado para la puesta en órbita de cargas ligeras, el lanzador se sometió a los cambios y mejoras necesarios, con un trabajo en equipo junto al consorcio espacial europeo Arianespace y la italiana Avio (contratista principal), para hacer un lanzador "más robusto", agregó Bianchi.

Sentinel-1C orbitará, tras el lanzamiento, a 693 kilómetros, en el lugar dejado por su antecesor 1B, que acabó su servicio en 2022 debido a un problema eléctrico, y trabajará coordinado con 1A, activo desde 2014, para devolver todo su potencial a la constelación de dos satélites.

Entre otras novedades, cuenta con una antena de identificación automática (AIS), que mejora el rastreo de barcos para evitar colisiones y la vigilancia del mar, indicó el jefe de la Unidad de Observación de la Tierra de la Comisión Europea, Mauro Facchini.

Además, se han implementado las lecciones aprendidas durante los años de operación con 1A y 1B. Con una vida útil de siete años, que se puede extender hasta doce, está diseñado para la reentrada cuando acabe su misión, explicó el jefe de proyecto del programa Sentinel-1 de la ESA, Ramón Torres Cuesta.

La misión Sentinel-1, dotada con una avanzada tecnología de imágenes de radar, proporciona imágenes de la superficie terrestre día y noche en cualquier condición meteorológica, así la monitorización es constante.

Sus datos, libres y abiertos -recordó Torres- benefician a numerosos servicios y aplicaciones de Copernicus en áreas como la gestión medioambiental, la investigación sobre el cambio climático, el control de vertidos de petróleo o la detección de buques para la seguridad marítima y el control de la pesca ilegal.

Además, es crucial para apoyar a la ayuda humanitaria y responder a las crisis en todo el mundo o para controlar la deformación del suelo provocada por hundimientos, terremotos y volcanes.

Los datos de Sentinel pueden ser usados para trabajar en el sistema de predicción, alerta y respuesta ante eventos extremos, dijo Facchini. Durante la dana que golpeó el 29 de octubre el levante español, los satélites de Sentinel 1 y 2 proporcionaron datos e imágenes para Protección Civil.

"La ventaja de los Sentinel-1 es que pueden ver los cambios en el suelo incluso cuando hay nubes y fue posible ver la extensión de la inundación e informar de dónde intervenir". También se usaron durante la erupción del volcán de La Palma, por ejemplo para saber dónde estaba la población en peligro, dijo Fachhini.

En sus orígenes, Sentinel-1 definió el concepto de programa de observación sistemática de la Tierra y es para Torres, "el corazón de Copernicus", un programa al que Facchini se refirió como "los ojos de Europa sobre la Tierra" y uno de "los mejores éxitos de cooperación a nivel europeo".

La puesta en marcha de Sentinel-1C ha requerido de la colaboración de la industria aeroespacial europea, que por parte de España ha contado con Thales Alenia Space, Airbus, Sener y ARQUIMEA, informó la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (TEDAE).

Llevar a Sentinel-1C hasta su órbita en el espacio será la primera misión comercial de la nueva era de Vega C, un lanzador de 35 metros de altura y 210 toneladas de peso.

El director de Estrategia y Marketing de Arianespace, David Iranzo-Greus, dijo que en 2025 Vega tiene previstos otros cuatro lanzamientos, el primero el del satélite Biomass de la ESA.

Ariane 6, que hizo su vuelo inaugural en julio, se prevé que haga el año que viene cinco misiones, entre ellas la primera comercial, que, según Iranzo-Greus tiene "como fecha objetivo" febrero. EFE

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