El Cairo, 3 dic (EFE).- La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) para el noroeste de Siria aseguró este martes que más de 48.500 personas -más de la mitad niños- se han visto desplazadas en las provincias de Idlib y norte de Alepo, por la ofensiva lanzada el pasado miércoles por los insurgentes que desencadenaron ataques rusos y sirios.
En un informe, la agencia de la ONU indicó que manejan estas cifras, pese a que hay "movimientos a diario" y que hasta ayer, lunes, "más de 2.600 personas, principalmente mujeres y niños, habían buscado refugio en 12 centros de recepción. La ONU y sus socios están proporcionando alimentos, artículos de invierno, servicios de protección y otro tipo de ayuda, pero las limitaciones de seguridad siguen siendo un reto clave".
Confirmó que desde el inicio de la escalada, "al menos 44 civiles han muerto en Idlib y el norte de Alepo, entre ellos 12 niños y siete mujeres, hasta el 1 de diciembre", mientras que las mujeres y niños "representan casi dos tercios del número de heridos, con 66 niños y 36 mujeres heridos del total de 162 registrados".
Entre el 1 y el 2 de diciembre, los ataques afectaron a "cuatro instalaciones sanitarias, cuatro escuelas, dos campos de desplazados y una estación de agua, y se están verificando otras cifras", se apunta.
Por otro lado, la oficina de la OCHA para Siria, con sede en Damasco, dijo que "se ha informado de desplazamientos desde Tal Rifat (zona controlada por kurdosirios en la provincia de Alepo) hacia el noroeste y el noreste de Siria".
También han informado de "nuevas llegadas a las provincias de Damasco, Rif Damasco, Hama, Homs, Latakia y Tartús", todas controladas por el Gobierno sirio.
Pero, hasta el momento, la oficina de la ONU para Damasco no ha informado de una cifra concreta de desplazados en los territorios que controla.
La prestación de servicios básicos y el acceso a ellos, junto con las operaciones humanitarias, siguen sufriendo graves perturbaciones en las zonas afectadas, especialmente en Alepo, Idlib y Hama, indicó, y aseguró que en la ciudad de Alepo "sigue en vigor un toque de queda nocturno de 19.00 a 7.00 horas", aseveró.
Ayer, el distrito de Ashrafiyeh de la ciudad de Alepo, dominada por los kurdosirios, "situado a solo 2,8 kilómetros del centro de las Naciones Unidas, sufrió importantes impactos. Aunque la mayoría de los residentes permanecen en sus casas, se ha visto a muchos esperando en largas colas para conseguir pan en condiciones precarias. Han aumentado los llamamientos públicos para encontrar rutas seguras que faciliten los desplazamientos", dijo.
El pasado miércoles, los insurgentes respaldados por Turquía -enemigos de los kurdos- lanzaron una ofensiva a gran escala desde el noroeste de Siria, su principal bastión, y en cuestión de días han avanzado rápidamente sobre el terreno, hasta controlar casi por completo la ciudad de Alepo, la segunda más grande del país.
En lo que va de ofensiva, al menos 514 personas han muerto, entre ellas 92 civiles, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, ONG cuya sede se encuentra en el Reino Unido pero que cuenta con una amplia red de colaboradores en el terreno.