Los presidentes de Rusia e Irán, Vladimir Putin y Masud Pezeshkian, respectivamente, han subrayado este lunes su respaldo "incondicional" al régimen de Bashar al Assad en Siria ante la ofensiva abierta por grupos rebeldes y yihadistas y que tiene como epicentro la región de Alepo.
Así lo han recalcado en una llamada telefónica centrada en la "escalada" en territorio sirio, apenas unas horas después de que trascendiese otro contacto de Pezeshkian con Al Assad. Los líderes quieren dejar claro su frente común frente a una embestida catalogada de "terrorista" desde Damasco.
El Kremlin ha asegurado que esta "agresión" tiene por objetivo "perjudicar la soberanía y la estabilidad" de Siria, por lo que ha dejado claro que Moscú seguirá del lado de las "autoridades legítimas" para "restaurar el orden constitucional y la integridad territorial".
Putin ha abogado por coordinar esfuerzos en el marco del 'formato Astaná', un marco a cuatro bandas en la que además de Siria, Rusia e Irán está representada Turquía, cuyos aliados sobre el terreno se han opuesto históricamente al régimen de Al Assad y todo lo que representa.
El ministro de Exteriores turco, Hakan Fidan, ha abogado de hecho este lunes por la "reconciliación" del Gobierno sirio "con su propio pueblo y la oposición legítima", tras recibir en Ankara a su homólogo iraní, Abbas Araghchi, recién llegado de Damasco. "Turquía se ofrece a colaborar", ha señalado Fidan en rueda de prensa, según el periódico 'Hurriyet'.
El Gobierno de Turquía ha atribuido la ofensiva de estos últimos días, encabezada por el grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS), a la falta de voluntad de Al Assad para negociar. Cree por tanto "erróneo" que se pueda hablar de "intervenciones extranjeras" para buscar responsabilidades, una sospecha que sí han deslizado los gobiernos de Siria y de Irán, con la vista puesta en Estados Unidos e Israel.