Identifican 15 apps Android de tipo SpyLoan con 8 millones de descargas que promocionan préstamos fraudulentos

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Un conjunto de aplicaciones maliciosas, que se promocionaban en anuncios fraudulentos de préstamos monetarios en redes sociales, ha puesto en riesgo los datos, el dinero y la salud emocional y psicológica de usuarios de Latinoamérica, Asia y África.

Los investigadores de McAfee han identificado hasta 15 aplicaciones para Android pertenecientes a una estafa de tipo SpyLoan, es decir, de préstamos monetarios, que mediante técnicas de ingeniería social engañan a los usuarios para que proporcionen información confidencial y concedan permisos adicionales a las aplicaciones móviles, como explica en su blog oficial.

Las aplicaciones, que en conjunto acumulan más de 8 millones de descargas, operan en Latinoamérica (México, Colombia, Perú, Chile), Asia (India, Filipinas, Indonesia, Tailandia, Vietnam) y África (Kenia, Nigeria, Uganda) y se promocionan en anuncios fraudulentos en redes sociales. En ellos, se ofrecen préstamos rápidos y flexibles, en ocasiones con intereses bajos, que exigen pocos requisitos.

La promoción, además, utiliza técnicas que generan urgencia en los usuarios, como cuentas regresivas o promociones especiales. También recurren a una imagen que recuerda a la de instituciones financieras legítimas, para ganar credibilidad y facilitar el engaño.

Con estas aplicaciones, los cibercriminales obtienen datos sensibles de sus víctimas, que extraen de del dispositivo y envían a un servidor de comando y control, que venden a terceros o utilizan para hacer chantaje, incluyendo la extorsión sexual con imágenes creadas con inteligencia artificial.

El préstamos concede menos cantidad del dinero del acordado, y eleva la tasa de interés, obligando a la víctima a pagar cantidades desorbitadas en muy poco tiempo. A ello se le añaden pagos ocultos que no ha autorizado.

Desde McAfee también apuntan el daño emocional y psicológico que hace esta ciberestafa, resultado de las tácticas agresivas y la humillación pública a la que se somete a las víctimas. Entre otras experiencias, relatan llamadas amenazantes, el uso de fotografías y datos para intimidarlas y el acceso a los contactos del dispositivo para enviar mensajes acosadores al entorno cercanos.

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