Luis Lidón
Bucarest, 30 nov (EFE).- "Familia, Nación, Fe, Libertad". Estas cuatro palabras son el lema de la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), un partido nacionalpopulista que puede capitalizar el descontento con las formaciones tradicionales en las elecciones legislativas del domingo en Rumanía.
Según una encuesta, AUR podría incluso ganar con el 22,4 % de los votos, seguido del gobernante Partido Social Demócrata (PSD), con el 21,4 %.
Sin embargo, las proyecciones de votos en Rumanía -miembro de la OTAN y la Unión Europea (UE)- no son muy precisas, y ninguna predijo la clara victoria del prorruso Calin Georgescu en las presidenciales del pasado domingo, cuando obtuvo casi el 23 % de los votos.
Aunque Georgescu no compite por ningún partido en las legislativas, es probable que AUR se beneficie y atraiga parte de ese voto protesta.
El discurso de AUR es ultranacionalista, incluso irredentista, y centrado en la defensa de valores tradicionales. Su líder, George Simion, admira al presidente electo norteamericano, el republicano Donald Trump, y ha adoptado el eslogan "Rumanía Primero".
Simion, de 38 años, critica a menudo el trato de "segunda clase" que, según él, recibe Rumanía dentro de la UE, especialmente de países occidentales como Austria, que bloqueó hasta hace poco la adhesión de Rumanía al espacio Schengen.
El líder populista trata de ofrecer una imagen más moderada en estos comicios -distanciándose de un pasado más radical y antivacunas- y asegura que entre sus referentes políticos está, además de Trump, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
Simion ha prometido mantenerse leal a la OTAN y trabajar para reformar la UE desde dentro. También ha dicho que si llega al poder suspendería la ayuda militar a Ucrania, con la que se defiende de la invasión rusa.
"AUR no está adoptando públicamente el modelo de Orbán ni hace referencia a posturas prorrusas claras, pero con frecuencia reitera narrativas falsas y tácticas asociadas con ideas conservadoras o ultraconservadoras", explica a EFE la analista Clara Volintiru esa estrategia de moderación.
El ascenso de AUR responde a la creciente frustración con las dos principales fuerzas políticas: el Partido Nacional Liberal (PNL, centroderecha) y el Partido Social Demócrata (PSD), que han gobernado juntos desde 2021.
AUR es muy popular entre hombres jóvenes con bajo nivel educativo, quienes se sienten atraídos por su discurso patriótico y de soberanía económica.
"Somos la venganza de los rumanos", afirmó Simion durante un mitin. "Somos la voz de quienes han sido abandonados por quienes llevan gobernando y destruyendo este país durante 34 años", añadió.
Con este tipo de discursos, AUR ha canalizado el resentimiento y la frustración de aquellos que se sienten excluidos del desarrollo económico del país.
A pesar del crecimiento económico de los últimos años, Rumanía sigue siendo un país con enormes desigualdades que alimentan una sensación de abandono, especialmente en el mundo rural.
Rumanía es el miembro de la UE con la menor proporción de jóvenes con título universitario (23%) y tiene la mayor proporción de 'ninis': jóvenes de entre 15 y 29 años que no estudian ni trabajan.
En 2023, un tercio de los rumanos estaba en riesgo de pobreza, y el ingreso medio anual seguía siendo menos de un tercio (alrededor de 6.500 euros) del promedio de la UE, según Eurostat. Más de dos millones de personas en edad laboral emigraron en los últimos 15 años.
Además la inflación, que el año pasado fue del 10 %, es mucho mayor en alimentos básicos, que son un 50 % más caros que antes de la pandemia, según datos oficiales.
"Esas patatas se traen de Polonia. ¿Acaso no tenemos en Rumanía manos y tierra para plantarlas aquí?", dice en un mercado Florin, un jubilado que, aunque no revela a quien votará, simpatiza con la idea de cierto nacionalismo económico.
El color del partido, el dorado, simboliza tanto el acrónimo de AUR (que significa "oro" en rumano) como su visión del renacer de una "nueva Rumanía".
AUR, al igual que Georgescu en las presidenciales, cuenta también con un gran apoyo entre los millones de rumanos de la diáspora, muchos procedentes de zonas rurales.
Simion viajó a principios de noviembre a Valencia para solidarizarse con las víctimas rumanas de las inundaciones y subrayó la necesidad de que los rumanos vivan y trabajen en su propio país para no perder su lengua y cultura.
"Estas personas no se fueron porque tenían muchas opciones. Lo hicieron por pobreza, porque no podían criar a sus hijos", afirmó allí.
Los sueños de AUR no se limitan a las fronteras actuales de Rumanía. El partido tiene posiciones irredentistas y defiende la unificación con Moldavia, un país de mayoría rumanoparlante que fue parte de Rumanía hasta 1940, cuando fue anexionado por la Unión Soviética.
Estas ambiciones han generado tensiones con las autoridades de Moldavia y de Ucrania, que han prohibido la entrada al líder populista y lo han declarado 'persona non grata'.
Kiev justificó la prohibición por "actividades sistemáticas contra Ucrania", contrarias a su soberanía e integridad territorial. Parte del territorio de la Gran Rumanía con la que sueña AUR es la Besarabia histórica que hoy, en parte, forma parte de Ucrania.EFE
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