Seúl, 30 nov (EFE).- Las negociaciones de la quinta sesión del Comité Intergubernamental de Negociación de la ONU (INC-5) tocan a su fin hoy sábado en la ciudad surcoreana de Busan entre crecientes llamamientos para que se presente el domingo un tratado ambicioso que reduzca el creciente y preocupante volumen de contaminación global por plásticos.
"El desafío es global y la solución que necesitamos debe ser global", explica a EFE Neil Nathan, científico de la Universidad de California que ha colaborado en un artículo recientemente publicado en la revista Science que analiza modelos para mejorar la mala gestión de residuos plásticos y reducir las emisiones derivadas de su producción.
Nathan señala el principal desafío para lograr un acuerdo realmente "robusto" que reduzca la contaminción plástica; las posturas encontradas entre la coalición que integran 70 países, incluidos ocho de Latinoamérica o todos los de la Unión Europea (UE), y el grupo que encabeza Arabia Saudí y que integra también a Rusia, Irán, Baréin, China y Cuba.
El primero aboga por limitar la producción de polímeros primarios de plástico, procedentes del crudo y que se usan para fabricar casi el 100 % de los plásticos de un solo uno, y el segundo por centrarse solo en la gestión de residuos y su reciclaje de cara a no dañar sus industria petrolera.
"Se trata de que el tratado tenga alcance. El problema no tiene que ver solo con lo que sucede en la parte final del ciclo, es decir con reciclaje, gestión de residuos, infraestructura etc. Depende del ciclo de vida completo de los plásticos y eso incluye la producción", sostiene Nathan.
Él y otros autores del artículo han tratado de influir en los delegados que están en el (INC-5) presentando los datos que han obtenido al producir modelos usando inteligencia artificial (IA) a partir de datos históricos de consumo de plástico y que muestran unas preocupantes proyecciones de futuro.
"Nuestra predicción es que si no logramos un tratado contundente básicamente en 2050 habremos duplicado el volumen de residuos de plástico (hasta las 121 toneladas métricas al año, según el artículo). Para visualizarlo: si sumas el volumen de residuos de plástico generados entre 2011 y 2050, cubriría toda la isla de Manhattan con una altura diez veces superior a la del Empire State", señala Nathan.
El estudio publicado en Science muestra que se puede reducir el volumen global de residuos de plástico mal gestionados en un 90% para 2050 implementando cuatro políticas ambiciosas, empezando por la obligatoriedad de fabricar todos los productos de plástico nuevos con un mínimo de un 40% de plástico reciclado, además de por situar en los niveles de 2020 el volumen de producción anual global.
"La razón por la que creemos que esta política en concreto tiene tanto impacto es que si haces obligatorio que los productos nuevos tengan un contenido mínimo de plástico reciclado estás generando una demanda de material reciclado. Esto ayudaría al cumplimiento y al éxito de las políticas y además estás desplazando la demanda de polímero plástico virgen", señala el científico estadounidense.
Además de limitar la producción global de polímeros, lograr acordar en el tratado una sólida financiación global para crear infraestructuras de reciclaje y recolección de plásticos es básico para reducir la contaminación plástica, tal y como sostiene el citado estudio y organizaciones como WWF o Greenpeace.
Lograr un apoyo financiero suficiente es especialmente importante para países en desarrollo, que son los que paradójicamente menos plástico consumen y más carga soportan en términos de contaminación (especialmente las naciones insulares) y que en muchos casos reciben además importaciones de residuos procedentes de estados más ricos.
En términos de financiación, Nathan recuerda que dos de las principales opciones que se están discutiendo es o bien crear un fondo global o bien aplicar una tasa obligatoria sobre los polímeros de plástico primarios para los productores.
El científico asegura que con gravar con entre 60 y 90 dólares cada tonelada de polímero primario producido se generarían suficientes fondos a nivel global y que trasladando todo el sobrecoste al consumidor éste apenas estaría pagando un 1 % más del precio original.
Nathan considera que si EE.UU., que de momento no se ha posicionado claramente, apoya un tratado robusto, "la diferencia supondría un mundo", aunque duda que el Gobierno entrante de Donald Trump vaya a ratificar el tratado.
"Lo importante aún así es lograr dar apoyo y preparar el terreno para otros países y tener la esperanza de que dentro de cuatro años el mio se una al pacto", apunta. EFE