Bruselas, 28 nov (EFE).- La Comisión Europea (CE) defendió este jueves la búsqueda de un equilibrio entre la colaboración internacional en materia de investigación en el ambiente universitario de la Unión Europea (UE) y la prudencia ante el riesgo de injerencias y el espionaje de terceros países en dicho ámbito.
"El mundo académico europeo lleva en su ADN la colaboración abierta. Es una gran ventaja pero al mismo tiempo es una debilidad, una vulnerabilidad. Por eso necesitamos un punto de equilibrio ajustado entre nuestra apertura y nuestra prudencia siendo conscientes de los riesgos que existen y encararlos", señaló la comisaria de Igualdad, Helena Dalli, en un debate en el Parlamento Europeo.
Por ello recomendó a las universidades y los investigadores contrarrestar el espionaje a través de la sensibilización y el fomento de una cultura de seguridad e higiene cibernética.
"Las universidades deberían de tomar medidas para evitar que actores de terceros países se aprovechen de la cooperación internacional que aparentemente se lleva a cabo de buena fe", añadió Dalli.
También recordó que su prioridad es preservar la seguridad de estos espacios: "Nuestra prioridad es la de proteger nuestros valores fundamentales garantizando que las universidades sigan siendo un espacio libre y seguro para generar conocimientos y difundirlos".
En este sentido, la comisaria aseguró que la CE continúa vigilando aquellas actividades llevadas a cabo en nombre de actores terceros, relacionadas con la corrupción, el cohecho y el soborno y que van en contra de los valores e intereses de la UE.
Por otro lado, pese a que defendió la libertad de autogobierno de los centros universitarios, alertó de los peligros que conlleva esta autonomía.
"La libertad académica va de la mano de la responsabilidad. Cuando están en juego tecnologías sensibles tenemos que ser más cautelosos y por eso recomendamos proteger estas organizaciones de la injerencia internacional", explicó Dalli.
En este sentido, el eurodiputado socialista Juan Fernando López Aguilar pidió a la Comisión Europea que adopte "cuantas iniciativas sean necesarias" para proteger la integridad de la investigación científica y de la autonomía académica frente a las interferencias extranjeras.
La eurodiputada ultraconservadora Małgorzata Gosiewska defendió igualmente la apertura y la independencia de las universidades y acusó a Rusia, Bielorrusia y China de llevar a cabo este tipo de injerencias en dichos centros académicos europeos.
A su vez, el eurodiputado popular Zoltán Tarr denunció que gobiernos europeos como el húngaro ayuden y asisten a que se propicien estas injerencias extranjeras en el mundo académico y pidió a la CE que se atienda a este problema mediante un centro de seguridad académica que asegure la protección de las universidades.
Por su parte, el eurodiputado de la ultraderecha de los Patriotas por Europa António Tânger abogó por reforzar la seguridad de los proyectos financiados por la UE, la eliminación de colaboraciones "sospechosas", introducir filtros en ámbitos sensibles de seguridad nacional, elaborar una lista de instituciones extranjeras y advertir a las universidades sobre potenciales amenazas.
Desde el grupo de los liberales, la eurodiputada Laurence Farreng alertó de la existencia de "estrategias de influencia agresivas" por parte de aquellos gobiernos que infiltran en la comunidad académica con el fin de que los estudiantes transmitan mensajes en defensa de sus regímenes.
Por otro lado, la eurodiputada de los Verdes Markéta Gregorová llamó a identificar y proteger los sectores tecnológicos más vulnerables y, pese a que celebró la llegada de estudiantes chinos y rusos, abogó por evitar que se facilite el acceso a todo el mundo a las "tecnologías más sensibles". EFE