Pekín, 28 nov (EFE).- China declaró este jueves que espera que la Corte Penal Internacional (CPI) "mantenga una postura imparcial y objetiva", después de que el organismo ordenase una petición de arresto del líder de la junta militar birmana, Min Aung Hlaing, por el posible genocidio de la minoría rohinyá.
La portavoz de la Cancillería china Mao Ning declaró hoy en una rueda de prensa que el conflicto en el estado birmano de Rakáin "tiene un trasfondo histórico, étnico y religioso muy complejo" y que China, como "vecino amistoso" de Birmania, "está dispuesta a colaborar con la comunidad internacional para desempeñar un papel constructivo en la estabilización y el enfriamiento de la situación".
Mao aseveró que su país "siempre ha creído que la CPI debe mantener una postura objetiva e imparcial, adherirse estrictamente a los principios de jurisdicción complementaria y cooperación internacional, ejercer sus poderes de acuerdo con la ley y la prudencia".
"La Corte no tiene competencia sobre actos cometidos por nacionales de Estados que no se cuentan entre sus miembros, a menos que se la conceda el Consejo de Seguridad de la ONU", agregó la portavoz.
La junta militar birmana, que detenta el poder desde el golpe de 2021, afirmó que no reconoce el mandato de la CPI, de la que no es miembro, en respuesta a la petición de arresto de la Fiscalía contra su líder.
El fiscal de la CPI, Karim Khan, dijo que “existen motivos razonables” para creer que Min Aung Hlaing tiene “responsabilidad penal” por los crímenes de lesa humanidad presuntamente cometidos entre el 25 de agosto de 2017 y el 31 de diciembre de 2017 por las fuerzas armadas de Birmania, el Tatmadaw.
Min Aung Hlaing estaba a los mandos del Tatmadaw cuando en agosto de 2017, tras el ataque de un grupo guerrillero rohinyá, el Ejército del país de mayoría budista lanzó una campaña contra esta minoría musulmana en el estado Rakáin (oeste), por la que Birmania fue acusada de presunto genocidio ante la corte de La Haya.
La ONU estima que durante esta campaña "de limpieza étnica con marcas de genocidio", que terminó con más de 740.000 rohinyás huyendo a campos de refugiados de la vecina Bangladés, donde permanecen, fueron asesinadas al menos 10.000 personas. EFE