Nueva York, 27 nov (EFE).- El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha acogido con satisfacción el alto el fuego en el Líbano y espera que ponga fin a la guerra "que ha matado a más de 240 niños, ha herido a unos 1.400 y ha trastocado la vida de muchos otros".
En una comunicado emitido este miércoles, la directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, dice que la tregua es "un primer paso esencial para permitir que las comunidades se recuperen y reconstruyan tras meses de agitación y pérdida".
“Es urgente empezar a trabajar ahora para garantizar que esta paz se mantenga. Los niños y las familias deben poder regresar a sus comunidades de forma segura, especialmente los desplazados en refugios y comunidades de acogida", añade la nota.
"La protección de los niños y sus familias debe seguir siendo el centro de todos los esfuerzos para estabilizar la situación y apoyar la recuperación", subraya Russell para quien es vital "garantizar a las organizaciones humanitarias un acceso seguro, oportuno y sin obstáculos para que presten ayuda y servicios vitales a todas las zonas afectadas, en particular en el sur del Líbano, donde las necesidades son agudas".
Según UNICEF, "la destrucción de hogares, hospitales e infraestructura civil ha interrumpido la educación de más de dos millones de niños y ha dejado a muchos menores sin acceso a la atención médica y los servicios básicos. Restaurar estos recursos vitales es fundamental para garantizar que los niños puedan recuperarse y prosperar".
“Este alto el fuego es una oportunidad no solo para poner fin a la violencia, sino también para trazar un camino a seguir que priorice la seguridad y el bienestar de los niños y las familias", agrega el organismo internacional.
Israel y Hizbulá alcanzaron un acuerdo de alto el fuego que ha entrado en vigor esta madrugada y que llega un año después del inicio de un conflicto que creció de forma exponencial en los últimos dos meses, con una devastadora ofensiva de bombardeos israelíes que se extendieron por todo el país, incluido el corazón de Beirut, además de una incursión terrestre. EFE