Skopje, 27 nov (EFE).- Sali Berisha, ex primer ministro de Albania y actual jefe de la oposición, ha salido del arresto domiciliario en el que estaba desde hace once meses como acusado en un caso de corrupción, según anunció el tribunal que lleva el caso.
La solicitud para levantar el arresto domiciliario ha sido aceptada, según la defensa del político conservador, porque la investigación ha terminado y se considera que ya no puede influir en las pesquisas, ni hay riesgo de fuga o de destrucción de pruebas.
De hecho, a Berisha, que sigue estando acusado, se le ha devuelto el pasaporte.
Tras salir de su domicilio por primera vez desde el pasado diciembre, Berisha, de 80 años, se dirigió a la sede del Partido Democrático, del que es líder, acompañado de numerosos seguidores.
"Hemos puesto las bases del camino que llevará al Partido Democrático al poder", dijo Berisha en una intervención ante sus simpatizantes, en la que criticó al Gobierno del primer ministro socialdemócrata, Edi Rama
"Rama tiene miedo de las elecciones libres", añadió Berisha, quien reclamó que se sustituya al actual Ejecutivo por un Gobierno técnico y que luego se celebran elecciones anticipadas.
Las elecciones ordinarias deberían celebrarse en primavera del año que viene.
En octubre del año pasado, la Fiscalía anticorrupción (SPAK) acusó a Berisha de "corrupción pasiva". En el mismo caso también fue acusado su yerno, Jamarbër Maltezi.
La SPAK sostiene que cuando fue primer ministro, entre 2005 y 2013, Berisha aplicó leyes y normas de las que se benefició Maltezi a través de la privatización de bienes estatales, como el complejo deportivo Partizán en el centro de Tirana.
En el lugar que ocupó esa instalación, que fue propiedad del Ejército albanés, se construyeron edificios, en una operación inmobiliaria de la que se supuestamente se benefició el yerno del entonces primer ministro.
Berisha rechaza todas las acusaciones y asegura que son ataques políticos del Gobierno socialdemócrata.
A Berisha y a su familia se les prohibió en 2021 la entrada a los Estados Unidos, un veto que aplicó un año después el Reino Unido.
Esos dos países consideran que Berisha estuvo involucrado en casos de corrupción y tuvo vínculos con grupos criminales organizados.EFE