Deir al Balah (Gaza), 27 nov (EFE).- Los gazatíes amanecieron este miércoles entre la sorpresa y la decepción por inicio del alto el fuego de 60 días entre Israel y el grupo chií Hizbulá en Líbano, que muchos ven como una traición a la promesa de su líder, Hasán Nasrala, antes de que Israel lo matara: "No dejaremos sola a Gaza".
Nasrala, que murió en un ataque israelí en Beirut el pasado 28 de septiembre, apenas unos días después de que el Ejército lanzara su campaña de bombardeos contra Líbano, decía que no habría un acuerdo en este país sin que se produjera otro en la Franja de Gaza.
Ahora, el enclave palestino está dividido en dos facciones: quienes creen que Líbano, su gente y los grupos de resistencia han hecho más que cualquier otra nación para aliviar el sufrimiento de la Franja, jugando un rol crucial para paliar la devastación de la guerra en curso, y los que creen que Líbano ha abandonado a Gaza en uno de los momentos más cruciales desde el estallido de la guerra del 7 de octubre.
En las calles de Deir al Balah (centro), Ahmed Abu Hamid, de 38 años y que fue desplazado desde Ciudad de Gaza, en el norte, tiene sentimientos encontrados: "Estoy contento por Líbano y su gente. Ellos no tendrían que sufrir lo que nosotros, asesinatos, dolor, desplazamientos y la destrucción de todo, incluso vidas humanas".
"También tengo miedo por mis hijos y por mí ahora. Israel trasladará todos sus esfuerzos militares de vuelta a Gaza. Los planes que hemos oído sobre la partición de Gaza, los asentamientos y la toma de control me rompen el corazón", asegura Abu Hamid a EFE.
Este palestino teme los rumores de que Israel está forzando la evacuación del norte de Gaza a través de la presión militar, pero también del hambre y las limitaciones de acceso de ayuda humanitaria, con el objetivo de ocupar después este territorio.
En el mercado de Deir al Balah está Moamen Abu al Qaraa, procedente de la zona de Mawasi de Jan Yunis (sur), quien también se ha desplazado a la zona oriental de Deir al Balah en busca de harina más barata para sus hijos, que comparte su rabia: "Líbano traicionó la promesa que nos había hecho Nasrala".
Según Abu al Qaraa, los libaneses se han "salvado a sí mismos" y abandonado a los gazatíes. "Nos han dejado a morir, olvidando que esta guerra puede significar un genocidio para Gaza. Nos matan cada día, nos vamos a la cama con hambre, y no tenemos nada para protegernos del frío y la lluvia", lamenta.
"No queremos nada de este mundo, sólo morir en paz, con el estómago lleno, sin hambre. Felicidades a Líbano, felicidades a Israel, y Gaza se queda con nada más que la muerte", sentencia.
En las calles, entre los tenderos y aquellos que montan carros tirados por burro, el principal método de transporte en el enclave a causa de la limitada entrada de combustible, la gente habla sobre el acuerdo de alto el fuego, peor no hay celebraciones ni símbolos de esperanza.
Fatima al Ashqar, una desplazada de 25 años de Rafah (en el extremo sur del enclave), dice: "Cuando llueve en un país, el país vecino debería alegrarse. Tal vez el acuerdo en Líbano hará pensar a Israel que es la hora de terminar la guerra en Gaza, liberar a los rehenes y retirarse".
Según esta palestina, los gazatíes están exhaustos y sin nadie que les apoye. "La muerte es la única que camina con nosotros. Aún tengo esperanza de que un acuerdo entre Gaza e Israel se acerque".
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió aprovechar sus últimas semanas a la cabeza del país americano (antes de ser sustituido por Donald Trump en enero) para buscar una tregua en Gaza.
El mandatario aseguró que junto a la mediación de Turquía, Egipto y Catar tratará de cerrar un acuerdo para poner fin a los bombardeos por parte de las fuerzas israelíes en el enclave y la liberación de los 101 rehenes de Israel que siguen en manos de Hamás, de los cuales 97 fueron secuestrados en los ataques del 7 de octubre de 2023.
Entonces, Hamás mató en territorio israelí a casi 1.200 personas. Desde entonces hasta ahora, la contraofensiva del Ejército ha matado a casi 44.300 gazatíes, si bien se estiman en unos 11.000 los cadáveres que siguen entre los escombros o en las carreteras a lo largo de Gaza sin haber podido ser rescatados.
El grupo islamista reiteró hoy su compromiso con lograr un acuerdo similar que detenga el fuego en la Franja de Gaza, que implique "un cese total de las hostilidades, la retirada de las fuerzas de ocupación, el regreso de los desplazados y la conclusión de un acuerdo real y completo sobre el intercambio de prisioneros". EFE