El Movimiento por la Justicia en Pakistán (PTI), el partido del ex primer ministro Imran Jan, ha desconvocado este miércoles por la mañana las protestas que han tenido lugar a lo largo de los últimos días a medida que una caravana de más de 34.000 seguidores avanzaba hacia la capital, Islamabad, donde han protagonizado una serie de enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
La formación, que ha indicado que la marcha ha quedado suspendida "al menos de momento", ha indicado, no obstante, que las protestas a favor de la liberación de Jan podrían continuar este jueves. Su propia mujer, Bushra Bibi, que encabeza la marcha junto al ministro principal de la provincia de Jíber Pajtunjua, Alí Amin Gandapur, ha pedido a los presentes que "vayan a casa y vuelvan al día siguiente", según informaciones recogidas por el diario 'Dawn'.
Así, el PTI ha indicado en un comunicado que "ante la brutalidad ejercida por las fuerzas del Gobierno y el plan de las autoridades de convertir la capital en un matadero de ciudadanos desarmados, las protestas quedan desconvocadas de momento".
En este sentido, ha aclarado que la reanudación de la marcha será anunciada "tras analizar la situación" y teniendo en cuenta las futuras decisiones judiciales en torno a los casos que Jan sigue teniendo pendientes ante los tribunales del país.
El partido ha aprovechado además para condenar la brutalidad policial y el "asesinato" de dos manifestantes a manos de la Policía Antidisturbios desplegada en el centro de la ciudad después de que los manifestantes llegaran a la conocida intersección de D-Chowk, una gran plaza en la que se encuentran la sede del Parlamento, la oficina del primer ministro y el Tribunal Supremo, entre otras instituciones, y que ha sido en el pasado escenario de numerosas protestas.
El partido ha pedido al presidente del Supremo, Yahya Afridi, que tome nota de "brutales asesinatos de los miembros del partido" e introducir "acciones legales contra el primer ministro y el ministro del Interior, así como contra la Policía de Punyab".
El ministro del Interior, Mohsin Naqvi, ha indicado por su parte que han logrado "hacer retroceder a los manifestantes" después de que al menos cuatro agentes murieran durante los disturbios. La situación ha sido condenada por el primer ministro, Shehbaz Sharif, que habla de "un claro ataque extremista" por parte de los manifestantes.
Así, ha indicado que se trata de un acto de "extremismo" y no tan solo de una protesta pacífica. "El derramamiento de sangre para sacar adelante una agenda política nefasta es inaceptable y condenable", ha aseverado Sharif, que ha indicado que Pakistán "no puede permitirse este caos".
Jan está en la cárcel desde agosto de 2023 y se enfrenta a un juicio por supuesta incitación a la violencia en relación con los incidentes de mayo de ese mismo año, cuando sus partidarios asaltaron instalaciones militares tras su arresto.