Ginebra, 26 nov (EFE).- La ONU dijo este martes que la prensa y la población en general en Afganistán no tienen respiro en relación a las severas limitaciones impuestas por el régimen talibán a la libertad de expresión y el derecho a la información, una situación en la que no se ha visto ninguna mejora desde su retorno al poder hace más de tres años.
La medidas de las autoridades de facto siguen violando las normas internacionales que Afganistán, como Estado firmante, está obligado a cumplir y entre las cuales está el garantizar que la libertad de expresión se ejerce sin distinción de género, señala un informe conjunto de la Oficina de Derechos Humanos y la Misión de Asistencia para Afganistán de la ONU.
Presentado hoy a la prensa en Ginebra, este informe cubre el periodo del 15 de agosto de 2021 al 30 de septiembre pasado, durante el cual ocurrieron 256 detenciones arbitrarias, 130 casos de tortura y 75 de amenazas e intimidaciones contra periodistas y trabajadores de medios de comunicación que eran vistos como "críticos" de los talibanes.
Según la ONU, el régimen radical islamista sigue aplicando una "guía" para los medios que emitió poco después de volver al poder y que, entre otras cosas, prohíbe la publicación de contenidos que podrían ser contrarios a su propia comprensión del islam y de la cultura afgana.
Igualmente está prohibida la transmisión de música o películas consideradas contrarias a la ley religiosa de la sharia, incluidas las que muestran a mujeres.
Asimismo, se establece que en las oficinas de los medios de prensa, hombres y mujeres deben trabajar en espacios separados, y los locutores y locutoras no pueden aparecer juntos en un programa.
En algunas provincias ni siquiera se permite a las mujeres intervenir en los programas de radio, con la única excepción de los que tratan temas de salud o religiosos relacionados con la mujer.
La ONU también ha recibido informaciones de que las autoridades talibanas rechazan entrevistas con mujeres y que se favorece la asistencia de periodistas varones a las ruedas de prensa, mientras que a las periodistas no se las invita, se les prohíbe la entrada a los actos y si están presentes se les pide que se coloquen al fondo de la sala. EFE
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