La práctica del 'distanciamiento social' para hacer frente a la propagación de enfermedades puede remontarse a hace 6.000 años, según un estudio de asentamientos neolíticos en Trypillia (Ucrania).
"Nuevos estudios de ADN antiguo han demostrado que enfermedades como la salmonela, la tuberculosis y la peste surgieron en Europa y Asia Central hace miles de años durante la Era Neolítica, que es la época de las primeras aldeas agrícolas", explica el profesor Alex Bentley, del Departamento de Antropología de la Universidad de Tennessee (UT) en Knoxville.
"Esto nos llevó a plantearnos una nueva pregunta, que es si los aldeanos neolíticos practicaban el distanciamiento social para ayudar a evitar la propagación de estas enfermedades", agregó Bentley, primer autor de la investigación, publicada en el 'Journal of The Royal Society Interface'.
Como científicos sociales computacionales, Bentley y el investoigador postdoctoral Simon Carrignon han publicado sobre comportamientos adaptativos antiguos y la propagación de enfermedades en el mundo moderno. Este proyecto reunió estos intereses. Descubrieron que los "megaasentamientos" de la antigua cultura Trypillia en la región del Mar Negro, alrededor del año 4000 a. C., eran un lugar perfecto para probar su teoría de que los límites del espacio personal han sido durante mucho tiempo partes integrales de la planificación de la salud pública.
Se centraron en un asentamiento llamado Nebelivka, en lo que hoy es Ucrania, donde miles de casas de madera estaban espaciadas regularmente en patrones concéntricos y agrupadas en barrios.
"Los epidemiólogos saben que esta disposición agrupada es una buena configuración para contener los brotes de enfermedades", dijo Bentley. "Esto sugiere y ayuda a explicar la curiosa disposición de las primeras áreas urbanas del mundo: habría protegido a los residentes de las enfermedades emergentes de la época. Nos propusimos probar cuán efectiva sería a través de modelos informáticos".
Carrignon y Bentley adaptaron modelos desarrollados en un proyecto anterior en UT. Bentley fue coinvestigador junto con la profesora Nina Fefferman, líder de la investigación, en este trabajo que modela los efectos de las conductas de distanciamiento social en la propagación de pandemias similares a la COVID, para estudiar qué efectos podrían haber tenido estas prácticas (como la reducción de la interacción entre vecindarios) en los asentamientos prehistóricos.
"Estas nuevas herramientas pueden ayudarnos a entender lo que nos dice el registro arqueológico sobre las conductas prehistóricas cuando surgieron nuevas enfermedades", dijo Bentley. "Los principios son los mismos: asumimos que las primeras enfermedades prehistóricas se transmitían primero por los alimentos, en lugar de por el aire".
Su estudio actual simuló la propagación de enfermedades transmitidas por los alimentos, como la salmonela antigua, en el plano detallado de Nebelivka.
Trabajaron en equipo con John Chapman y Bisserka Gaydarska, arqueólogos de la Universidad de Durham en Inglaterra, que excavaron Nebelivka; Brian Buchanan, investigador de la Universidad del Este de Washington que hizo un mapa digital detallado del sitio; y Mike O'Brien, un experto en evolución cultural de Texas A&M en San Antonio.
Los investigadores realizaron millones de simulaciones con los datos arqueológicos para probar los efectos de diferentes parámetros de enfermedades posibles.
ORGANIZACIÓN DE LAS CASAS
"Los resultados revelaron que la agrupación en forma de pastel de las casas de Nebelivka, en distintos barrios, habría reducido la propagación de las primeras enfermedades transmitidas por los alimentos", dijo Bentley.
"La lucha contra las enfermedades también podría explicar por qué los residentes de Nebelivka quemaban regularmente sus casas de madera para reemplazarlas por otras nuevas. El estudio muestra que la agrupación en los barrios habría ayudado a la supervivencia de las primeras aldeas agrícolas a medida que surgían nuevas enfermedades transmitidas por los alimentos".
Con su éxito en la modelización a partir de datos arqueológicos escasos, este enfoque podría aplicarse a situaciones contemporáneas y futuras en las que los datos sobre enfermedades sean escasos, incluso para enfermedades transmitidas por el aire.
"A principios de 2020, por ejemplo, en los días de la epidemia de COVID, pocos condados de EE. UU. informaban estadísticas de infección fiables", dijo Bentley. "Al ejecutar millones de simulaciones con diferentes valores de parámetros, este enfoque, conocido como 'Computación bayesiana aproximada', se puede aplicar para probar diferentes modelos frente a datos de enfermedades contemporáneas, como las cifras de infección en los condados de EE.UU. a lo largo del tiempo".