Farid Gajramánov
Bakú, 24 nov (EFE).- La celebración de la COP29 en Bakú demostró la capacidad de Azerbaiyán para albergar importantes eventos internacionales y contribuir a los esfuerzos para combatir los efectos del cambio climático, a la vez que volvió a poner la atención mundial sobre las violaciones de derechos humanos en el país bañado por el mar Caspio.
"A pesar los intentos de orquestar una campaña negativa en torno a la COP29 en Bakú por ser Azerbaiyán un país productor de petróleo y gas, la conferencia se celebró (...) Incluso las personas que vinieron aquí con una actitud negativa, vieron una ciudad moderna, cuidada y con una excelente infraestructura", dijo a EFE Rasim Musabékov, miembro del Comité de Asuntos Internacionales del Parlamento azerbaiyano.
Subrayó que el país caucásico tuvo menos de un año para preparar la celebración de la cumbre climática y cumplió con esa tarea "sin complicaciones técnicas y logísticas".
"El hecho de que todo estuviera bien organizado es un indicador para los socios internacionales de que se pueden tratar asuntos serios con este Estado", opinó el diputado.
Musabékov quitó hierro al hecho de que muchos líderes occidentales no asistieran a la cita climática por la dudosa imagen del país petrolero.
"Mucha gente se centra en la cantidad de altos cargos que vinieron o no vinieron. Sin embargo, no menos importante es la participación de mucha gente que a un nivel práctico da forma a las relaciones económicas y políticas e influye en la toma de decisiones en sus países", subrayó.
En opinión del parlamentario, la cumbre también sirvió para promover el atractivo turístico de Azerbaiyán e impulsar su "agenda verde" con la atracción de nuevas inversiones a ese sector de la economía.
En particular, la COP29 sentó las bases para la implementación de una serie de importantes proyectos de energía verde.
Así, se firmó un acuerdo para la construcción de dos plantas de energía solar en el sur del país con una capacidad total de 760 MW y un coste de 670 millones de dólares, que serán financiadas por instituciones financieras como el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD), el Banco Asiático de Desarrollo y el Banco Asiático de Inversión e Infraestructura.
Se prevé que las plantas, que entrarán en funcionamiento en 2027, producirán más de 1.700 millones de kWh de energía verde al año, lo que significa un ahorro de 380 millones de metros cúbicos de gas natural al año, además de reducir las emisiones de carbono en 830.000 toneladas.
En el marco de la COP29 se celebró además el primer concurso internacional abierto para proyectos en el ámbito de las energías renovables y, al respecto, se presentó un proyecto para la construcción de una planta de energía solar en Gobustán, al suroeste de Bakú, que será construida por la china Universal International Holding Limited, tendrá una potencia de 100 MW y será financiada por el BERD.
Mientras, según el activista azerbaiyano y exconsultor jefe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Fuad Hasánov, a pesar de ciertos beneficios económicos para Azerbaiyán por la celebración de la COP29, en términos políticos el efecto no fue el mismo por la situación con los derechos humanos.
"Lamentablemente, la situación de los derechos humanos en Azerbaiyán ha comenzado a deteriorarse en los últimos años", admitió en declaraciones a EFE.
Hasánov recordó que "sólo durante el año pasado unos veinte periodistas y activistas fueron arrestados, incluidos los que cubrían temas de contaminación ambiental".
En vísperas de la cumbre, varias organizaciones internacionales pidieron a las autoridades liberar a los detenidos, peticiones que fueron desatendidas por Bakú.
"Muchos jefes de Estado y de Gobierno no vinieron a Bakú. Y aunque ninguno de ellos vinculó oficialmente esto con los problemas de derechos humanos en el país, esas decisiones, probablemente, fueron dictadas por la decepción de los socios internacionales de Azerbaiyán con las acciones del gobierno", opinó el experto.
Por ende, agregó, a pesar de todos los esfuerzos de las autoridades para presentar a Azerbaiyán como un país moderno comprometido con la lucha contra el cambio climático, la COP29 se convirtió en una "oportunidad perdida para mejorar la imagen del país" en el ámbito internacional.EFE
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