Ginebra, 24 nov (EFE).- Los ciudadanos de Basilea decidieron este domingo en referéndum autorizar que las autoridades locales soliciten un crédito de 37,4 millones de francos (40 millones de euros) para organizar el próximo año el Festival de Eurovisión, después de que un grupo ultraconservador lograra someter a consulta esa medida por alegar que el certamen promovía valores contrarios al cristianismo.
De acuerdo con los escrutinios iniciales, un 66 % de los votantes de la ciudad a orillas del Rin dieron su aprobación al crédito, que de haber sido rechazado podría haber obligado, según advirtió el propio gobierno local, a organizar una versión más modesta del célebre festival europeo, o incluso a cambiar su sede a otra ciudad.
La participación en la consulta a la que estaban llamados 110.000 votantes fue del 54 %, un porcentaje habitual en un país donde se celebran consultas populares hasta cuatro veces al año.
Este gasto público fue sometido a referéndum, tras lograr las 4.000 firmas necesarias para ello, por la Unión Democrática Federal (UDF), un partido minoritario de ideología conservadora y promotor de los valores cristianos que lo consideraba excesivo.
UDF, que en las pasadas elecciones federales logró menos del 1 % de los votos y tiene dos diputados de los 200 del Consejo Nacional (cámara baja del Parlamento suizo), afirmaba además que la organización del festival ha mostrado un doble rasero en cuestiones de religión.
Según ellos, en la última edición se permitió que una cantante "satánica" (la irlandesa Barbie Thug) participase en el festival, mientras que en 2013 al grupo suizo Heilsarmee ("Ejército de Salvación" en alemán) se le prohibió competir con ese nombre ligado al movimiento cristiano y tuvo que hacerlo rebautizado como Takasa.
UDF argumentaba además que en la edición de este año en Malmö (Suecia), marcada por numerosas polémicas en torno a la participación de Israel durante la actual guerra de Gaza, el festival atrajo protestas antisemitas y estuvo rodeado de "graves riesgos de seguridad" que el próximo año podría heredar Basilea.
El gobierno local de la ciudad suiza, designada en agosto para celebrar el certamen por su estratégica posición en el cruce de caminos de Europa al compartir frontera con Francia y Alemania, defiende que Eurovisión 2025 promoverá "la diversidad cultural, la apertura y el respeto".
Contra el argumento de que será un despilfarro, las autoridades cantonales aseguran que el festival podría generar ingresos de hasta 60 millones de francos suizos (64 millones de euros), crear cientos de puestos de trabajo y promover la ciudad con un festival que cada año es visto por más de 150 millones de espectadores.
Suiza organiza la edición de 2025 gracias a la victoria este año en el festival del cantante no binario Nemo con su tema "The Code", y Basilea logró ser elegida por la televisión nacional para acogerla pese a que otras ciudades del país con más tradición de eventos internacionales, como Zúrich o Ginebra, también aspiraban a ello.
La gran final del certamen se celebrará el 17 de mayo del próximo año en la sala Saint Jakboshalle, con capacidad para 12.000 espectadores. EFE