Panamá suspende las relaciones diplomáticas con la República Árabe Saharaui Democrática

Guardar

El Gobierno panameño, liderado por José Raúl Mulino, ha anunciado este jueves que suspende las relaciones diplomáticas con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), establecidas en 1978, cuando Panamá se convirtió en el primer país del continente americano en reconocer a la RASD y alojó en 1980 la primera Embajada saharaui en América.

El Ministerio de Exteriores de Panamá ha indicado que ha "decidido suspender a partir de la fecha las relaciones diplomáticas" en el "marco de las normas aplicables del Derecho Internacional", mientras que ha reafirmado su "compromiso con el diálogo y la cooperación multilateral, en plena observancia a una política exterior constructiva y orientada a fortalecer la paz y la seguridad internacionales".

Las autoridades han reafirmado "su convicción con los propósitos y valores que orientan el multilateralismo y reitera su voluntad de continuar apoyando los esfuerzos promovidos por el secretario general (de la ONU, António Guterres) y la comunidad internacional, en el marco de Naciones Unidas, con miras a lograr una solución pacífica, justa, duradera y aceptable para las partes involucradas", según reza un comunicado.

Panamá reconoció a la RASD en 1978 bajo el liderazgo del teniente coronel Omar Torrijos, pero en 2013 el entonces presidente, Ricardo Martinelli, congeló las relaciones diplomáticas, que fueron restauradas en 2015 con el gabinete de Juan Carlos Varela.

La autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática es reconocida diplomáticamente en la actualidad por 82 países. La mayoría son del continente africano y Latinoamérica, quienes dieron su apoyo a la RASD en los primeros años tras su fundación el 27 de febrero de 1976, un día después de la salida oficial de España del territorio saharaui.

La antigua colonia española del Sáhara Occidental fue ocupada por Marruecos en 1975 pese a la resistencia del Frente Polisario, con quien se mantuvo en guerra hasta 1991, cuando ambas partes firmaron un alto el fuego con vistas a la celebración de un referéndum de autodeterminación. Las diferencias sobre la elaboración del censo y la inclusión o no de colonos marroquíes ha impedido hasta el momento su convocatoria.

El último revés para el pueblo saharaui fue el apoyo de los gobiernos español y francés al plan de autonomía marroquí, un cambio de postura calificado de traición por el Frente Polisario, que recuerda además que España es aún 'de iure' la potencia administradora del Sáhara Occidental.

Guardar