Amaya Quincoces y Elena S. Laso
Bakú, 22 nov (EFE).- A punto de concluir la cumbre del clima en Bakú y con la vista en la COP30 de Belém, la directora de ONU Mujeres en Brasil, Ana Carolina Querino, pide en una entrevista con Efe situar a la mujer en el centro de la acción climática aunque admite que "la sociedad está muy polarizada" y reclama soluciones integradas en la naturaleza.
La próxima cumbre climática mundial en la Amazonía pondrá el broche a una senda de treinta años de citas al más alto nivel político en defensa del clima, celebradas en los distintos continentes con representantes de casi 200 países del mundo, para negociar soluciones y acciones globales frente al calentamiento global.
La COP30 será "el colofón en Brasil a una serie de cumbres en defensa del planeta", ha explicado la representante de Naciones Unidas, tras referirse a la COP16 sobre biodiversidad este año y más recientemente a la cumbre de líderes del G20 en Río de Janeiro, con el desarrollo sostenible entre los temas centrales de la agenda.
Pregunta: ¿Cómo se espera que será la próxima COP en Brasil?
Respuesta: Será fundamental el tema del desarrollo sostenible, en su totalidad, junto a la dimensión del medio ambiente; también la esfera económica y esencialmente la inclusión social; habrá que ver cómo pensamos en una justicia climática, con equidad de género, cómo podemos promover una mayor participación social y una mayor inserción de las necesidades y demandas de la sociedad. Habrá que conectar las discusiones de los foros intergubernamentales con la vida cotidiana de las personas y la naturaleza.
P.- ¿A qué aspira Brasil con dicha cumbre?
R.- No solo se verán temas de cambio climático, también de biodiversidad, desertificación y esencialmente de desarrollo sostenible; no es posible pensar en soluciones climáticas sin tener en el centro a las mujeres. Se espera en Brasil la adopción de un plan de acción fuerte de género que mire a las mujeres en su totalidad. No es posible pensar en los derechos, en la lucha contra el cambio climático, en las soluciones climáticas, la adaptación, sin tener en el centro a las mujeres, a todas, indígenas, afrodescendientes....
Las soluciones parten de la convivencia con la naturaleza de una manera integrada; no es posible pensar en los derechos humanos y en la preservación ambiental de manera aislada. Nosotros somos naturales.
P.- ¿Cuál es la situación de la mujer en Brasil?
R.- Muy similar a la del resto de países con condiciones similares; las distintas crisis globales, no solo climáticas, en los últimos tiempos, por ejemplo también la pandemia del coronavirus, han impactado de manera sustantiva en las mujeres, que se enfrentan a problemas y son víctimas de situaciones relacionadas como el empleo, la violencia, el acceso a servicios y la participación en espacios de toma de decisión.
P.- ¿Cuál es el respaldo a las políticas de género en la actualidad en el mundo?
R.- Tenemos una sociedad muy polarizada; una buena parte de la población sí apoya los temas de equidad con las políticas públicas, pero no todo el mundo; los desafíos son muy grandes; el proceso de convencimiento sobre la conexión entre género y temas climáticos de una manera más transversal está en camino. El tema está ganando fuerza, con mayor interés de los colectivos femeninos y participación de grupos de mujeres. En la COP29 por ejemplo vemos una fuerte presencia de mujeres indígenas; están muy afectadas por la crisis climática, la degradación ambiental, la disputa por la tierra, la minería....
P.- ¿Quienes serán los protagonistas de la COP en Brasil?
R.- En la cumbre en la Amazonía, la participación social y la desertificación serán algunos de los protagonistas; habrá que favorecer sinergias entre el cambio climático y el desarrollo sostenible, porque ninguna de las decisiones tomadas en las cumbres climáticas internacionales puede ser tratada de forma aislada. Existen colectivos muy particulares. Es el caso de las mujeres de comunidades indígenas como las Quilombolas (comunidades de Brasil del siglo XVI formadas por grupos de africanos y afrodescendientes que escaparon de la esclavitud) que ven soluciones integradas en la naturaleza y en la defensa del territorio.
En Brasil existe un movimiento de mujeres indígenas bastante organizado, pero a nivel de comunidades internacionales también se ha desarrollado una pauta de equidad de género muy fuerte. Al frente del Ministerio de Pueblos Indígenas de Brasil se encuentra una mujer indígena que viene del movimiento social.
P.- ¿Qué otros problemas afectan a las mujeres rurales? ¿Cuál es el impacto de la fiebre de los minerales para la fabricación de dispositivos supuestamente sostenibles?
R.- No sé si llamaría colonialismo al aumento del extractivismo en países en desarrollo, lo que sí existe es un enfrentamiento por parte del Estado y las actividades ilegales de extracción mineral en territorios indígenas, que causan mayor impacto en mujeres y niños. No estamos en una emergencia, pero sí nos preguntamos de donde vienen las personas que trabajan en esta minería y adonde va a parar el material recolectado. Qué es lo que está pasando. EFE
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