Taipéi, 22 nov (EFE).- El hijo de Bo Xilai, exministro chino de Comercio (2004-2007) y condenado a cadena perpetua por corrupción en 2013, está de visita en Taiwán tras haber contraído matrimonio con una ciudadana taiwanesa, informaron fuentes oficiales de la isla.
En una rueda de prensa, el portavoz del Consejo de Asuntos Continentales de Taiwán -el organismo encargado de las relaciones con China-, Liang Wen-chieh, afirmó que Bo Guagua, hijo de Bo Xilai, solicitó la entrada a Taiwán para reunirse con su esposa taiwanesa, con la que contrajo matrimonio en un tercer país.
El vocero subrayó que se siguieron los “procedimientos regulares” para permitir el ingreso de Bo Guagua y que, desde la perspectiva del Ejecutivo taiwanés, este tipo de solicitudes son “actos naturales de reunificación familiar”.
“El Gobierno no discrimina por el apellido de los solicitantes”, aseveró Liang en declaraciones recogidas por la agencia estatal de noticias CNA, agregando que Taiwán no consideró la opinión de Pekín a la hora de permitir la entrada del joven.
Bo Xilai, de 75 años, fue condenado a cadena perpetua en 2013 por corrupción, abuso de poder y recepción de sobornos, en un escándalo que incluyó el asesinato en 2011 del empresario británico Neil Heywood.
La esposa de Bo, Gu Kailai, fue condenada a perpetua por ese asesinato.
Bo se había forjado una cuidada imagen como una de las estrellas emergentes del Partido Comunista de China (PCCh) gracias a sus puestos como alcalde de la ciudad de Dalian (noreste), ministro de Comercio y secretario del partido en la municipalidad (región) de Chongqing (centro).
Llegó a integrar el exclusivo Politburó del PCCh (formado por 25 miembros) y, gracias a su familia (su padre, Bo Yibo, fue un líder destacado en los años 80 y 90), llegó a rivalizar a comienzos de este siglo con el actual presidente chino, Xi Jinping, por colocarse en el lugar adecuado para llegar a la jefatura del Estado.
Por ello, su caída en desgracia constituyó uno de los casos de corrupción más graves que han afectado al régimen chino. EFE