El Gobierno de Rusia ha afirmado este jueves que Estados Unidos está intentando "garantizar" que la guerra en Ucrania se extienda a 2025 y ha acusado a Washington de "apresurarse" para dar más armamento a Kiev "antes de la toma de posesión" de Donald Trump, que tendrá lugar en enero.
La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajarova, ha señalado que Washington busca "garantizar que las operaciones militares continúan no sólo este año, sino también el que viene", antes de reseñar que el Pentágono "se ha apresurado a intentar transferir lo que queda de ayuda militar al régimen de Kiev antes de la toma de posesión del presidente (Trump)".
Así, ha manifestado que estos volúmenes de ayuda "aumentan cada día" y ha sostenido que "estos hechos confirman de nuevo la relevancia de la operación militar especial --nombre oficial que da Rusia a la invasión-- para desnazificar y desmilizar Ucrania y eliminar las amenazas que emanan de su territorio".
"Todos estos objetivos serán logrados, tal y como ha dicho la cúpula rusa", ha apuntado Zajarova, ante el repunte de las tensiones por la autorización de Washington a Kiev para el uso de sus misiles contra territorio ruso y el envío de minas antipersona a Ucrania con el objetivo declarado de contribuir en su defensa ante la invasión.
El compromiso sobre las minas llega parejo de un nuevo paquete de ayuda militar, valorado en esta ocasión en 275 millones de dólares (unos 261 millones de euros). El lote anunciado por la Administración de Joe Biden incluye munición para lanzaderas HIMARS, con un radio de alcance de 80 kilómetros, armas antitanque y proyectiles de artillería de 105 y 155 milímetros.
En este contexto, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ratificó el martes un decreto con cambios a la doctrina nuclear de Moscú, que amplía el tipo y origen de las amenazas ante las cuales podría responder con este tipo de armamento, incluida la posibilidad de usar armas nucleares frente a un ataque convencional.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, volvió a dejar el miércoles la puerta abierta a contactos con Trump, después de que el magnate prometiera tras su victoria frente a la actual vicepresidenta, la demócrata Kamala Harris, trabajar para "acabar con las guerras", incluida la de Ucrania.