Paula Escalada Medrano
Washington, 21 nov (EFE).- De todos los nombramientos anunciados por Donald Trump en los últimos días, el de Matt Gaetz ha sido sin duda el más polémico, no solo por su insuficiente experiencia para ocupar un puesto como el de fiscal general del Estado, sino también por lo oscuro de su figura, rodeada de escándalos sexuales, que han acabado provocando su retirada para este puesto.
Un día después de conocerse que el Comité de Ética de la Cámara de Representes estadounidense no hará público el informe de su investigación sobre Gaetz por conducta sexual inapropiada y consumo de drogas, el republicano anunció este jueves que retiraba su nombre de la consideración por el bien de Trump y de su propio partido.
No ha querido que el revuelo generado siga distrayendo el "trabajo crucial" de la transición hacia el segundo mandato de Trump. Así lo ha dicho en un mensaje en redes sociales en el que no ha hecho referencia alguna a las graves acusaciones que crecen en su contra.
Gaetz logró enterrar el informe una vez que la comisión se quedó sin jurisdicción para investigarlo porque el exlegislador por Florida abandonó su escaño tras ser nominado por Trump para ocupar el máximo cargo del Departamento de Justicia.
Aun así, en los últimos días se han filtrado detalles a la prensa de lo investigado por dicha comisión, entre ellos el testimonio de varias mujeres que aseguraron haber tenido sexo con Gaetz a cambio de dinero, una de ellas menor de edad. Unas acusaciones que Gaetz ha negado.
El nombramiento del encargado del Departamento de Justicia es uno de los más importantes para el próximo gabinete de Trump ya que el republicano planea ordenar, cuando asuma el poder en enero, el cierre de las investigaciones que la Fiscalía abrió en su contra por el asalto al Capitolio y por haberse llevado documentos clasificados de la Casa Blanca.
La figura de Gaetz, fiel aliado de Trump, de quien se considera fanático y fiel escudero, podía haber sido por tanto ideal para lograr este objetivo. Y por ello en los últimos días el futuro presidente ha insistido en que no dudaba de su elección.
Gaetz, de 41 años, era desde 2017 congresista de Florida en la Cámara de Representantes, donde se caracterizó como uno de los legisladores del ala más ultraderechista del Partido Republicano y alineado plenamente a los deseos de Trump. Formaba parte del 'Freedom Caucus' (Caucus de la libertad), el ala del partido más afín al expresidente (2017-2021).
Su figura saltó a las primeras planas cuando en 2023 lideró, con vehemencia y empeño, la revuelta interna que tumbó al entonces presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, porque este había llegado a acuerdos legislativos con los demócratas.
La del Congreso no fue la única investigación en contra del político. El Departamento de Justicia también realizó una investigación de tráfico sexual, pero en 2023 la cerró sin presentar cargos.
Gaetz ha hablado con numerosos senadores en los últimos días y era consciente de que su nombramiento podía naufragar en el Senado, dado que los republicanos tienen en la Cámara una estrecha mayoría de 53 escaños y no está claro que todos los del partido lo respalden.
No está claro si Trump le reservará otro puesto en su Ejecutivo, pero tras su retirada se ha sumado al mensaje de presentarlo como un mártir: "Lo estaba haciendo muy bien pero, al mismo tiempo, no quería ser una distracción para la Administración, a la que tiene mucho respeto", publicó el expresidente en redes.
Sin precisar cuál será su futuro, aseguró que será "maravilloso" y que está deseando "ver todas las grandes cosas que hará".
Gaetz está casado desde 2021 con Ginger Gaetz, una analista financiera doce años menor que él a quien conoció en una recaudación de fondos en el resort Mar-a-Lago de Trump en 2020.
En un mensaje en la red social X, Ginger Gaetz felicitaba a su marido tras las elecciones y lo definía como "el hombre más dulce, trabajador y talentoso del mundo".
Hoy, tras conocer su retirada, escribió un escueto mensaje que decía "el final de una era", acompañado de una fotografía de los dos subiendo las escaleras del Capitolio. EFE
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