La COP29 llega a su tramo final sin acuerdos sobre la financiación climática

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Bakú, 21 nov (EFE).- La COP29 encara su recta final negociando sobre 5 textos principales planteados por la Presidencia azerí de la cumbre, tras las propuestas de los distintos países sobre la nueva meta de financiación, en la que continúa la incógnita en torno al monto total que se prometerá destinar a la financiación climática.

En la penúltima jornada de la cumbre del clima de Bakú –que se espera acabe este viernes aunque, con las negociaciones encalladas a la espera de una prórroga- delegados, periodistas y observadores en la COP29 amanecieron con un conjunto de textos en los que la Presidencia recogía las posturas planteadas por el mundo en desarrollo y desarrollado.

Salvo algunos progresos destacados, por ejemplo, en el ámbito de la adaptación,  los documentos no contentaron ni a países ricos ni a los estados en desarrollo, ni tampoco fueron bienvenidos por las organizaciones de la sociedad civil y los ecologistas.

La especialista en diplomacia climática Linda Kalcher, de la organización Strategic Perspectives, opinó que el texto "parece un farol de la Presidencia" y afirmó que “está claro que la mayoría de los países del Norte Global no han puesto sus cartas sobre la mesa, y se las guardan”.

Tras escuchar a los distintos grupos negociadores, el secretario general de la ONU, António Guterres, trasladó a los medios su impresión de que los países seguían en gran medida aferrados a sus posiciones iniciales, y aseveró que "es el momento de salir de ellas y encontrar puntos de encuentro".

Guterres volvió este jueves a la COP29 para pedir a los países que "suavicen sus líneas duras" y caminen hacie el consenso, pues "el fracaso no es una opción".

"No olviden lo que está en juego", dijo el diplomático, y recordó que la ciencia insiste en que no habrá forma de mantener el calentamiento global por debajo del grado y medio de temperatura (desde la época preindustrial) "si no se produce una eliminación progresiva de los combustibles fósiles, en un contexto de transición justa".

Los estados en desarrollo y las economías emergentes advirtieron de que no estarán satisfechos con el texto en negociación hasta que vean una cifra sobre el papel que indique cuánto dinero está el Norte Global dispuesto a movilizar dentro del nuevo objetivo que debe salir de Bakú para costear la transición ecológica y la adaptación climática en sus territorios, especialmente vulnerables al calentamiento global.

Los países ricos tacharon los documentos de “inaceptables”, como los calificó el comisario de clima de la Unión Europea, Wopke Hoekstra, quien criticó especialmente el texto de mitigación del cambio climático.

El comisario afeó, por ejemplo, que la propuesta de la presidencia no contemple avances desde lo acordado en la pasada cumbre de Dubái sobre los combustibles fósiles y criticó el texto de financiación, ya que es necesario contar "con una infraestructura mucho mejor" y "que la mayor parte de la financiación del sector público para la adaptación quede más clara".

En representación de España, la directora general de la Oficina Española de Cambio Climático (OECC), Valvanera Ulargui, aseveró en una entrevista con EFE en Bakú que sería un fracaso no alcanzar en esta COP29 acuerdos en financiación, “fundamentales para los países en desarrollo”.

“La UE es el mayor contribuyente en financiación y adaptación climática en el mundo y tenemos que continuar con este liderazgo”, señaló Ulargui.

“El dinero público tiene que ser detonante de la financiación privada, que es necesaria, y de una llamada a las instituciones financieras internacionales, sin las cuales no tendrá sentido esa canalización monetaria pública, porque no seremos capaces de reconducir el sistema financiero para fomentar políticas climáticas en todos los países”, agregó la funcionaria, que encabeza la delegación española, en ausencia de la ministra de transición ecológica Teresa Ribera.

El documento de financiación publicado recopila varias propuestas de estructura y base de contribuyentes o donantes para el objetivo de financiación, pero no incluye números concretos respecto a la cantidad que debería movilizarse anualmente para 2030.

El principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas del Acuerdo de París sugiere que la transición y adaptación que necesita el mundo en desarrollo para sortear las peores consecuencias de la crisis climática sea pagada en parte por los países ricos, los mayores emisores históricos de gases de efecto invernadero.

Preguntado por cuál sería la cifra más baja que los países en desarrollo estarían dispuestos a aceptar para llegar a un consenso con los del Norte Global, el enviado presidencial especial para el clima de Panamá, Juan Carlos Monterrey, zanjó que 1,3 billones de dólares anuales ya es un número "muy bajo”.

“Eso ni siquiera nos lleva a 1.5 ºC de calentamiento, nos lleva a 2.7 ºC. En los países en desarrollo todavía tendríamos que hacer mucho trabajo de movilización dentro de nuestros propios países para poder adaptarnos y cubrir pérdidas y daños”, dijo Monterrey.

Desde las organizaciones de la sociedad civil reconocieron que el texto sobre financiación supone un paso importante al haber reducido las opciones, pero también criticaron los interrogantes que persisten respecto al quantum, por ejemplo, y a la supuesta base de receptores de la financiación, según valoró Carola Mejía, coordinadora de Justicia Climática en la red latinoamericana por justicia económica y social Latindadd. EFE

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