Psiquiatras reiteran que Breivik no es enfermo mental pero todavía es extremista peligroso

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Copenhague, 20 nov (EFE).- El ultraderechista Anders Behring Breivik, autor del doble atentado en el que murieron 77 personas en Noruega en 2011, no es un enfermo mental pero sí un extremista peligroso, a pesar de su arrepentimiento público, según un nuevo examen psiquiátrico.

"No encontramos signos de esquizofrenia u otros estados psicóticos", declaró hoy el psicólogo Kåre Nonstad en la segunda jornada de la vista sobre su libertad condicional.

Breivik fue condenado en 2012 a una pena de 21 años de prisión, castigo máximo entonces en la legislación noruega, que se pueden prolongar de forma indefinida, aunque el reo tiene derecho a solicitar periódicamente la revisión una vez pasados diez años.

El examen, el primer estudio completo que se le realiza desde 2012, concluye que el ultra noruego tiene trastornos narcisistas y disociales de la personalidad, rasgos que rayan con el autismo y que mantiene opiniones políticas "extremas".

Como ya hiciera hace dos años, la primera vez que se revisó su condena, Breivik se disculpó ayer por el sufrimiento causado, aunque consideró necesarios los atentados, y aseguró haber sufrido un "lavado de cerebro" por una red extremista, además de reiterar que ya no es violento, pero sí nacionalsocialista.

Los expertos señalaron hoy que es difícil confiar en su arrepentimiento y que es igual de radical que en 2011.

"Es complicado ver que el riesgo pueda reducirse de forma significativa en el futuro", dijo Nonstad, autor del estudio junto con la psiquiatra Pia Jorde Løvgren, según recogió la televisión pública NRK.

El tribunal de Ringerike, Asker y Bærum ha habilitado una sala especial en el gimnasio de la prisión de alta seguridad donde cumple condena el ultra de 45 años para acoger la vista, que se prolongará hasta mañana y que puede ser retransmitida parcialmente con restricciones.

Løvgren añadió que no hay cambios en Breivik a pesar de que participa en un programa de desradicalización, aunque admitió que es difícil que eso ocurra con el régimen de aislamiento al que está sometido el ultraderechista.

La fiscal Hulda Olsen Karlsdottir sostuvo que las conclusiones del nuevo informe son las mismas que las del 2012 y que Brevik sigue siendo peligroso, mientras el abogado de éste, Øystein Storrvik, incidió en la necesidad de cambiar su régimen penitenciario para que sea posible la rehabilitación.

"Tengo muchos rasgos en mi personalidad que la mayoría no tiene, pero no alteraciones de la personalidad", dijo hoy Breivik.

Breivik colocó una furgoneta-bomba en el complejo gubernamental de Oslo el 22 de julio de 2011, que mató a ocho personas.

A continuación se desplazó a la isla de Utøya, escenario del campamento anual de las Juventudes Laboristas, donde ejecutó durante algo más de una hora a decenas de personas que consideraba defensores del multiculturalismo y una amenaza para Noruega.

Además de la primera vista sobre su condena en 2022, Breivik ha perdido otros dos juicios contra el Estado noruego, al que acusa de violar los derechos humanos por el régimen carcelario de aislamiento al que está sometido. EFE

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