Madrid, 20 nov (EFE).- La ministra española de Transición Ecológica, Teresa Ribera, afirmó este miércoles, en una comparecencia parlamentaria sobre la gestión por las grandes riadas de Valencia (este de España), que no hay que perder "ni un minuto minando la credibilidad" de la ciencia y de las instituciones en un contexto de crisis climática.
Ribera alertó en el Congreso de que "España afronta una nueva realidad hidrológica, caracterizada por los extremos", en referencia a las sequías y las inundaciones.
Es un escenario climático "profundamente preocupante", según los datos facilitados por varias instituciones en los últimos meses, que obligará a prepararse mejor ante futuros siniestros, dijo la ministra socialista.
Recordó que entre enero y septiembre de 2024, la temperatura global fue de 1,54 grados por encima de la media preindustiral, que la cuenca mediterránea se calienta más del 20 % por encima del resto de océanos y mares o que las previsiones respecto al decenio de 2020 es que será el más cálido desde que existen registros.
Todo ello "urge a una acción climática ambiciosa y eficaz", apostilló Ribera, que es candidata a vicepresidenta de la Comisión Europea, a lo que se oponen los conservadores españoles.
Admitió que el temporal tuvo un carácter "excepcional", con precipitaciones "extraordinarias", y destacó que las estaciones meteorológicas registraron "en tres horas más agua de la que se acumula en un año" habitualmente.
La ministra, que es vicepresidenta tercera del Gobierno, negó además que España sea un "un Estado fallido", en alusión a la gestión por parte de las administraciones públicas de los efectos catastróficos de la gran riada que causaron las lluvias torrenciales hace tres semanas, que provocaron 218 muertos en la provincia de Valencia y ocho en otras regiones de España.
No obstante, responsabilizó a las autoridades de la región valenciana de la gestión del temporal y negó que hubiera faltado información por parte de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y la Confederación Hidrográfica del río Júcar (CHJ) sobre los riesgos de las lluvias torrenciales que se anunciaban.
Aseguró que estos organismo estatales actuaron siempre bajo el mando único del ejecutivo regional valenciano.
Ribera insistió en que la Aemet y la CHJ generaron "alertas e informaciones adecuadas".
La ministra de Transición Ecológica incidió en que "nunca hubo apagón informativo". Los avisos como los emitidos por Aemet son "lo más importante para minimizar daños" y "el nivel de afección depende de cómo se actúe ante un aviso rojo", alertando con tiempo a la población, argumentó.
"De poco sirve tener toda la información necesaria si el que tiene que responder no sabe cómo hacerlo", agregó, para recalcar después la importancia de contar con protocolos de respuesta ágiles.
Sin embargo, el Partido Popular (conservador), el principal de la oposición, acusó a la ministra Ribera de las consecuencias del temporal. Entre otras cosas, la CHJ no envió "en tiempo y forma" los informes de la rápida crecida del barranco del Poyo, uno de los lugares críticos de la catástrofe, según la diputada Ester Muñoz.
La catástrofe natural, que también causó pérdidas materiales multimillonarias, han sido motivo de acusaciones cruzadas frecuentes entre la administración pública central y la regional valenciana sobre la tardanza de las alertas de lluvias y los avisos a la población para refugiarse en lugares seguros. EFE
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