Nora Sesmero
Redacción Medioambiente, 19 nov (EFE).- Las sequías son uno de los riesgos naturales más letales y costosos del mundo y la necesidad de una mayor concienciación, ha indicado a EFEverde la directora ejecutiva adjunta de la Convención de Naciones Unidas de lucha contra la Desertificación (CNULD), Andrea Meza.
Meza ha expuesto algunos de los avances de la Alianza Internacional de Resiliencia a la Sequía (IDRA) que suma más de 70 miembros -desde su lanzamiento en COP27 del clima- incluyendo la Unión Europea y más de 40 países, organizaciones multilaterales, bancos de desarrollo, centros de investigación y organizaciones sin ánimo de lucro, entre otros.
Pregunta.- ¿Por qué una Alianza Internacional de Resiliencia a la Sequía (IDRA)?
Respuesta.- Las sequías se han convertido en una emergencia sin precedentes a escala planetaria, resultado del cambio climático y la degradación de tierras, y los efectos de las sequías inducidas por la actividad humana sólo están empezando a manifestarse. IDRA es una coalición global para preparar a las regiones, los países y las comunidades frente a las sequías. La CNULD acoge el secretariado de la Alianza.
Es urgente que los líderes globales comprendan que ningún país ni sector es inmune a la sequía, pero todos pueden prepararse mejor adaptando políticas e inversiones. Se necesita un enfoque proactivo y coordinado para gestionar el riesgo de sequía en todos los niveles y sectores, ya que, en un mundo interconectado, la sequía afecta la seguridad humana y el desarrollo dentro de los límites planetarios.
P.- ¿Qué mensajes transmite IDRA a los líderes mundiales?
R.- En este marco, IDRA busca movilizar apoyo político para que los países prioricen la resiliencia a la sequía tanto en sus políticas nacionales como de cooperación; acelerar el intercambio de conocimientos y buenas prácticas entre países y regiones para una mejor gestión del riesgo de sequías; y promover la movilización de fondos para ayudar a los países y a las comunidades a anticipar, preparase para, y adaptarse a, los efectos de la sequía.
P.- ¿Cómo ha evolucionado la Alianza desde su impulso durante la COP27?
r.- En su primera etapa, IDRA ha impulsado la movilización política para enfrentar la sequía, logrando, por ejemplo, que Brasil fortalezca sus políticas de resiliencia en un contexto donde su seguridad alimentaria y energética están en riesgo.
Con eventos recientes, como la histórica sequía en Europa en 2022 y otros desastres globales, la conciencia sobre el impacto de la sequía ha crecido. IDRA ha apoyado al CNULD en la creación de planes nacionales contra la sequía en 70 países, promoviendo acceso a datos claros y experiencias exitosas para guiar políticas efectivas.
P.- ¿Cuáles son ejemplos de buenas prácticas en el mundo?
República Dominicana y Brasil han implementado exitosas prácticas de resiliencia a la sequía, como restauración de tierras y gestión sostenible de recursos hídricos. En República Dominicana, la reducción de tierras degradadas del 49% al 31% es resultado de políticas de conservación y colaboración multisectorial, mejorando la fertilidad del suelo y la disponibilidad de agua.
En Brasil, se combinan restauración de tierras y programas de “convivencia con la sequía”, como la instalación de cisternas. Iniciativas de intercambio de conocimientos, como las Comunidades de Aprendizaje y Práctica, buscan replicar estos modelos globalmente.
ATLAS GLOBAL SOBRE SEQUÍA
P.- ¿Cuáles son los actuales y próximos proyectos de IDRA?
En la COP16 de la CNULD, que se celebrará en diciembre en Riad, IDRA presentará el Atlas Global sobre la Sequía, el Observatorio Internacional para la Resiliencia a la Sequía y un informe económico sobre los costos de la inacción, resaltando la urgencia de políticas e inversiones en esta línea. Estos lanzamientos buscan impulsar una gestión proactiva y multilateral frente a la sequía, con una visión común para aumentar la resiliencia global.
P.- ¿Cómo debe cambiar la mentalidad para afrontar la sequía?
R.- Ya tenemos los conocimientos y las herramientas necesarias para aumentar nuestra resiliencia a la sequía, pero debemos cambiar, y rápido, de mentalidad, por la cuenta que nos trae. Debemos gestionar el riesgo de sequías de forma proactiva en lugar de esperar de brazos cruzados a que se dé un estado de emergencia. Nos jugamos el bienestar de las personas, la salud de nuestras economías, y la integridad de los sistemas que sostienen la vida en el planeta tal y como la conocemos. EFE