Jerusalén, 19 nov (EFE).- El Ejército israelí acusó este martes a la organización chií Hizbulá de haber atacado una base de la misión de la paz de la ONU (FINUL) en la zona de Ramyeh, en el sur del Líbano, causando daños y varios heridos.
"Hoy temprano se recibió un informe de que un puesto de la FINUL fue alcanzado lo que causó varios heridos y daños al puesto. Una investigación del Ejército determinó que Hizbulá disparó el cohete", indicó un comunicado castrense.
De momento, no hay más información de este incidente, sobre el que tampoco se han pronunciado ni la FINUL, ni la milicia libanesa.
Israel asegura que el cohete fue disparado desde la zona de Deir Aames, uno de los puntos desde donde esta mañana el grupo libanés disparó varios proyectiles contra Israel poco antes de las diez de la mañana.
Desde el inicio de la ofensiva terrestre israelí en el sur del Líbano, hace ya más de un mes, al menos cinco casos azules han resultado heridos por fuego israelí y al menos dos bases fueron allanadas por tanques del Ejército.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, durante las primeras semanas de la invasión, pidió en varias ocasiones la retirada "temporal" de los cascos azules del sur del Líbano y acusó a Hizbulá de usarlos como "escudos humanos".
"La negativa a evacuar a los soldados de la FINUL los convierte en rehenes de Hizbulá. Esto pone en peligro sus vidas y las de nuestros soldados", dijo por entonces el mandatario israelí sobre la presencia en la zona de FINUL, que recordó a Netanyahu que su deber es "garantizar la protección y seguridad del personal y bienes de las Naciones Unidas y de respetar la inviolabilidad de sus instalaciones".
Mientras Israel prosigue atacando su país vecino, este martes el enviado estadounidense de la administración de Joe Biden, Amos Hochstein, llegó a Beirut para recibir la respuesta del Líbano sobre un posible alto el fuego entre Israel y Hizbulá.
Asimismo, las cifras de muertos en ambos lados no dejan de crecer tras más de un año de intercambio de fuego entre Israel e Hizbulá. En el lado libanés, se estima que más de 3.500 personas ha muerto, la mayoría desde que el Ejército israelí intensificó su campaña de bombardeos el pasado 23 de septiembre.
Israel asegura que unos 2.500 eran milicianos del grupo chií.
Del lado israelí, 77 personas han fallecido por ataques lanzados desde Líbano, de las cuales 46 eran civiles (6 de ellos extranjeros). Además, 43 soldados han muerto en combate en el sur del país vecino, el último un reservista este martes por un ataque con drones de Hizbulá en el sur, según informó el Ejército. EFE