(Bloomberg) -- Uno de los principales enviados de Joe Biden a Medio Oriente aterrizó en Beirut el martes, mientras Estados Unidos intensifica sus esfuerzos para lograr un alto al fuego entre el grupo militante libanés Hizbulá e Israel.
Amos Hochstein, encargado de los asuntos entre Israel y Hizbulá en la Casa Blanca, viajó al país para discutir una propuesta redactada por EE.UU. para poner fin a la guerra entre ambos bandos. Se reunió con el primer ministro libanés, Najib Mikati, y con el presidente del Parlamento, Nabih Berri, que actúa como interlocutor entre Occidente y Hizbulá, considerado un grupo terrorista por EE.UU. y muchos otros países.
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Su visita se produjo después de que las autoridades libanesas dieran a entender que apoyaban ampliamente el plan, aunque han dicho que aún hay puntos conflictivos. Mikati había dicho que su gobierno tenía reservas sobre algunos puntos del borrador y que los discutiría con Hochstein.
Tras reunirse con Berri, Hochstein declaró que “han seguido reduciendo significativamente las diferencias”. Espera que haya una decisión sobre un acuerdo en los próximos días.
“Este es un momento de toma de decisiones”, dijo Hochstein. “Estoy aquí en Beirut para facilitar esa decisión, pero, en última instancia, es decisión de las partes alcanzar una conclusión a este conflicto. Ahora está a nuestro alcance”.
Dependiendo de los progresos que haga en Líbano, Hochstein podría viajar a Israel a continuación, según un funcionario israelí familiarizado con el asunto.
La administración de Biden está intentando poner fin al conflicto antes de entregar el gobierno al presidente electo, Donald Trump, dentro de poco más de dos meses. Funcionarios estadounidenses e israelíes ven más probable una tregua a corto plazo en Líbano que en Gaza, ya que las conversaciones entre Israel y Hamás se han paralizado.
Es probable que los combates en Líbano continúen paralelamente a las conversaciones sobre el alto al fuego. Esta semana, Israel ha incrementado los ataques aéreos sobre Beirut y otras zonas de Líbano. El lunes por la noche, Hizbulá atacó a Tel Aviv con un misil. Fue interceptado por el Ejército israelí, pero los restos que cayeron causaron algunos daños y heridos en la capital comercial de Israel.
El plan de alto al fuego se basa en una Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, conocida como 1701, que puso fin a la última guerra entre Israel y Hizbulá en 2006. Aunque tanto Hizbulá como Israel incumplieron los términos de la resolución, esta ayudó a mantener la paz entre ambos.
Israel insiste en que, según la 1701, Hizbulá debe retirar a todos sus combatientes a unos 30 kilómetros de la frontera entre Líbano e Israel.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirma que esto es fundamental para que unos 60.000 desplazados puedan regresar a sus hogares en el norte de Israel. Un número similar de civiles ha tenido que huir del sur de Líbano.
Israel también quiere tener derecho a seguir atacando posiciones de Hizbulá si considera que el grupo incumple los términos de un acuerdo de alto al fuego. Tanto Hizbulá como el gobierno libanés han dicho que no lo aceptarán. No está claro qué propone EE.UU. para cuadrar esas posiciones.
Hizbulá es una de las milicias más poderosas de Medio Oriente y también un partido político con un importante apoyo entre los musulmanes chiíes de Líbano. El gobierno libanés tiene poca influencia sobre el grupo.
Traducción editada por Paulina Steffens.
Nota Original: US Aims for Israel-Hezbollah Truce Before Biden’s Term Ends (1)
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--Con la colaboración de Dan Williams y Omar Tamo.
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