Jerusalén, 18 nov (EFE).- El ministro israelí de Finanzas, el ultraderechista Bezalel Smotrich, instó hoy al Gobierno a reocupar el norte de la Franja de Gaza como estrategia para forzar al grupo palestino Hamás a que libere a los secuestrados que todavía mantiene en su poder.
"Para devolver a los rehenes, necesitamos ocupar todo el norte de la Franja de Gaza e informar a Hamás de manera inequívoca de que si los rehenes no son devueltos, aplicaremos la soberanía israelí allí y permaneceremos para siempre", dijo el polémico ministro, que vive como colono en territorio palestino ocupado y que defiende el supremacismo judío.
De los 251 secuestrados tomados por Hamás el 7 de octubre, quedan en el enclave 97 cautivos, de los que más de la mitad ya estaría muertos, según la última estimación de inteligencia. Hay, además, otros cuatro rehenes desde hace años, de ellos dos soldados muertos.
Las declaraciones de Smotrich se producen apenas una semana después de que afirmara en una reunión de su partido, Sionismo Religioso, que tanto Gaza como Cisjordania les serán “arrebatados para siempre” a los palestinos.
“Estábamos a un paso de aplicar la soberanía sobre los asentamientos en Judea y Samaria (Cisjordania), y ahora ha llegado el momento de hacerlo”, dijo Smotrich el pasado día 11 de noviembre, ante los miembros de su formación ultranacionalista y coincidiendo con el regreso del presidente electo, Donald Trump a la Casa Blanca.
“Hoy existe un amplio consenso en la coalición (de Gobierno) y en la oposición (…) contra el establecimiento de un Estado palestino que pondría en peligro la existencia del Estado de Israel”, sostuvo la semana pasada el polémico ministro, en un discurso en el que también tildó de “nazis” a los miembros de Hamás y a otras milicias proiraníes y se opuso al fin de la guerra en Gaza.
Desde hace más de seis semanas, el Ejército mantiene un cerco militar en el norte de la Franja que ha causado más de 2.000 víctimas mortales, según las estimaciones del Gobierno de la Franja, y ha empeorado drásticamente las ya deficientes condiciones en las que vivía su población al haber limitado a niveles mínimos el acceso de ayuda humanitaria a la región. EFE