El Museo del Prado inaugurará este martes la exposición 'Darse la mano' en la que "recupera" la escultura policromada barroca con cinco piezas inéditas, que se mostrarán por primera vez al público, tal y como ha señalado este lunes en rueda de prensa el director del Museo del Prado, Miguel Falomir.
Además, la muestra acoge en sus salas un paso procesional, titulado 'Sed tengo', de Gregorio Fernández, procedente del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, y que permite al público entender la "alianza" entre la escultura y el color para "persuadir" religiosamente a los fieles en la Edad Moderna.
"La alianza entre la escultura y el color terminó por hacer eficaces las obras de procesión. Además, permiten entender la complejidad de estos motivos a la hora de la composición. No son obras de rectángulo que solamente tenían que tener una cara o un perfil, sino que se podían ver desde diferentes lugares y con luces distintas también", ha señalado en rueda de prensa el comisario Manuel Arias, jefe de Departamento de Escultura del Museo del Prado.
Para esta exposición, la pinacoteca ha adquirido recientemente las obras 'Buen y Mal ladrón', de Alonso Berruguete, 'San Juan Bautista', de Juan de Mesa, y 'José de Arimatea' y 'Nicodemo', pertenecientes a un 'Descendimiento' castellano bajomedieval.
La muestra, dividida en siete capítulos, reflexiona sobre el éxito de la escultura policromada barroca y su complementariedad con la pintura, mediante casi un centenar de obras (41 esculturas y 35 pinturas). "Las esculturas estaban pensadas para convencer, pero esto no lo inventó el barroco español, sino que esto ya venía de atrás. Y precisamente esa es la razón de incorporar escultura clásica, para buscar esas raíces que nos hermanan y nos hacen herederos del mundo latino", ha explicado el comisario.
"La policromía no solamente era capital, sino que era lo más caro, porque empleaba oro y otra serie de materiales y porque daba la vida a la escultura. Sin embargo ha quedado absolutamente relegada", Uno de los aspectos que más resalta la muestra es la importancia del color para terminar de dar significado a las obras. El comisario ha remarcado que el color en las esculturas "no es un ornamento", y que es un asunto "imprescindible" para "acentuar los valores dramáticos" de las creaciones. "La escultura es un cuerpo muerto si no tiene color, es un cadáver", ha comentado Arias.
EL PRADO REORDENARÁ LAS PIEZAS ESCULTÓRICAS
Por su parte, Falomir ha señalado que una de las lecciones de 'Darse la mano' es comprobar lo "anacrónico" que resulta "separar la cultura de este tipo de esculturas". "Es una exposición absolutamente fascinante", ha remarcado.
Falomir ha adelantado que en los "próximos" meses, el Museo del Prado va a realizar una reordenación de algunos de los ámbitos escultóricos más importantes en busca de un mejor diálogo permanente con las obras pictóricas.
"Son muchas las esculturas que van a encontrar acomodo en la colección permanente. Eso va acompañado de este esfuerzo que llevamos haciendo en los últimos años con esculturas de bronce y mármol y ahora esculturas policromadas", ha afirmado.