Bakú, 18 nov (EFE).- Avances, escollos, flecos... La segunda semana de la COP29 arrancó este lunes con las negociaciones al más alto nivel político de la cumbre, en el tramo ministerial, para dar un empujón al reto de una nueva meta de financiación climática de los gobiernos junto al sector privado con el compromiso de países como China.
Es una buena noticia que el país asiático, uno de los más contaminantes, quiera llegar a un acuerdo sobre contribución financiera como ha manifestado en las últimas reuniones, según han informado hoy fuentes de la delegación del Ejecutivo español en la COP29.
Es importante además el compromiso climático que ha puesto sobre la mesa en la COP29 la actual Administración estadounidense, justo en sus últimos días de Gobierno, previo paso al previsible cambio de rumbo climático del mundo, tras la victoria de Donald Trump como presidente de EEUU.
Y todo esto sin perder de vista el papel de la Unión Europea como la gran locomotora de la acción climática en el mundo, con el compromiso financiero de aumentar el "nuevo objetivo colectivo cuantificado" (new collective quantified goal, o NCQG) y movilizar mayores flujos financieros junto al sector privado frente a la crisis climática.
Hay un compromiso fuerte de la Unión Europea para continuar con más dinero; únicamente el dinero público no será suficiente para lograr economías más resilientes.
La cantidad que se acabe añadiendo a los 100.000 millones de dolares anuales de ese NCQG tendrá que ser realista y beneficiar a los países en desarrollo.
De esa cantidad, la Unión Europea aporta un tercio aunque está comprometida a aumentarla; España movilizó más de 1.400 millones en 2023.
Alcanzar el reto de 1,3 billones de dólares anuales que plantean los países en desarrollo como nuevo objetivo de financiación climática no podría garantizarse de la noche al día únicamente desde las arcas publicas, se necesita financiación privada, según las fuentes.
En la pasada COP el año pasado en Dubái se establecieron las herramientas para la transición en la reducción del uso de combustibles fósiles.
En la próxima cumbre climática en Brasil habrá que presentar las nuevas contribuciones determinadas de los países para aumentar la ambición climática.
En cuanto a la actual COP29, se trata de una cumbre instrumental para que las contribuciones nacionales que habrán de presentarse el año próximo encuentren su espacio a la hora de ponerse las cartas sobre la mesa de las aportaciones de cada país.
Existen países que están presentando ya contribuciones nacionales; entre otros lo han hecho Brasil, Emiratos Árabes Unidos y el Reino Unido.
Aunque no estaba en el mandato inicial acordar conclusiones sobre adaptación, se está avanzando en este ámbito pese a lo complejo que resulta porque las mediciones de la resiliencia climática incluyen miles de indicadores.
El debate que apuesta por aumentar la fiscalidad de quienes más contaminan para aumentar la financiación climática está también sobre la mesa, aunque los posibles detalles sobre qué sectores, actividades o empresas habrían de verse o no afectados son una cuestión todavía en el aire sobre la que no existe consenso entre los países.
El tema del género en las negociaciones está ocasionando rechazo en algunos países al contrario de lo que se esperaba inicialmente, tanto por motivos financieros como por terminología y descripción de conceptos que en algunos casos causan controversia.
Algunos países proponen incluir en la terminología conceptos que se adaptan mejor a la diversidad de género, más acordes con los nuevos tiempos, pero existen países muy reticentes a ese tipo de cambios, según las fuentes.
Otra de las novedades en las negociaciones es que en las últimas horas se han incorporado dos facilitadores de las negociaciones, de Brasil y el Reino Unido para agilizar las conversaciones.
El apartado del artículo 6 sobre mercados de carbono que describe un sistema en el que el comercio se implementa a través de un mercado de carbono respaldado por Naciones Unidas ha avanzado sustancialmente y han quedado resueltos aspectos que permitirán poner en marcha algunos de sus instrumentos.
Otros aspectos del artículo 6 mantienen flecos pendientes de resolver, según las fuentes. EFE