La ONG Amnistía Internacional (AI) ha acusado este lunes a Rusia de llevar a cabo ataques "ilegítimos", como el registrado el pasado mes de julio contra el mayor hospital infantil de Ucrania, que pueden constituir crímenes de guerra debido al alto número de víctimas civiles, entre ellos menores.
En su último informe, la ONG ha verificado un total de 17 ataques en 2024 que han causado la muerte de niños en Ucrania y ha determinado que, pese a que los menores gozan de "protección especial" en virtud del Derecho Internacional, las fuerzas rusas "han atacado deliberadamente a civiles".
"La impunidad con la que actúan los perpetradores debe acabar. Depende de la comunidad internacional garantizar que comparecen ante un tribunal. Si no hay rendición de cuentas, los ataques continuarán sin más remedio", ha alertado en un comunicado el investigador de AI sobre Ucrania, Patrick Thompson.
En este sentido, ha asegurado que el aumento de los ataques contra la población civil "es un temible recordatorio de que la agresión de Rusia contra Ucrania continúa con un coste humano insoportable". "Los ataques ilegítimos, especialmente los que causan daños a menores, tienen la finalidad de sembrar el terror y el pánico", ha agregado.
Thompson ha indicado que los ataques documentados recientemente por la ONG --incluyendo el registrado en julio contra el hospital infantil de Ojmatdit, en Kiev-- recuerdan "a los primeros días de la invasión total", cuando las fuerzas rusas bombardearon la sala de maternidad de un hospital en Zaporiyia y un teatro en Mariúpol.
Amnistía ha verificado más de 120 vídeos e imágenes de ataques menores en 2024. La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos también coincide en que el verano de este año ha sido "un periodo especialmente letal para la infancia en Ucrania".
ATAQUE CONTRA UN HOSPITAL INFANTIL
En concreto, Amnistía ha podido verificar 14 imágenes y seis vídeos del impacto de un misil de crucero ruso en Ojmatdit que provocó daños en el edificio y dejó al menos dos muertos, así como un centenar de heridos, entre ellos menores.
"Cuando volví en mí, todo estaba destrozado a mi alrededor. Yo también estaba herido. Sentía calor por todo el cuerpo y vi que estaba sangrando, pero podía mover brazos y piernas y estaba respirando. Me arrastré un poco y vi que el niño se encontraba bien, pero todo el material estaba destrozado", asegura Oleg Golubchenko, un cirujano que estaba operando a un menor en el hospital.
La ONG ha concluido en su informe que no había indicios de la presencia del Ejército ucraniano en el edificio o sus alrededores y que el misil, que tenía una precisión de entre cinco y veinte metros, no estaba dirigido a un objetivo distinto.
El Kremlin aseguró entonces que las fuerzas rusas atacan únicamente "instalaciones de infraestructura crítica y objetivos militares" y afirmó que el hospital fue dañado por la caída de un misil antiaéreo ucraniano, una versión rechazada por Kiev.