París, 14 nov (EFE).- La OCDE niega que exista un efecto llamada para la inmigración irregular con políticas favorables a la regularización, y avisa de que aunque las medidas restrictivas pueden tener un impacto a corto plazo, los migrantes desesperados al final encuentran vías de entrada en un país.
"Toda la evidencia empírica muestra que no hay efecto llamada", respondió de forma tajante Stefano Scarpetta, director de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en la presentación a la prensa este jueves de su informe anual sobre migraciones.
Scarpetta respondía a una pregunta sobre si políticas restrictivas como las de los gobiernos de Dinamarca o Italia tienen un efecto sobre las entradas de sin papeles, mientras otras que promueven la regularización, como la del gobierno español, tienen un efecto llamada.
Admitió que "las políticas restrictivas pueden tener un efecto a corto plazo de reducir los flujos irregulares", pero añadió que "todos los que están verdaderamente desesperados encuentran una forma de entrar, aunque haya políticas restrictivas".
El director del departamento de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales hizo hincapié en que en su informe la OCDE defiende, sobre esta cuestión, un refuerzo de la cooperación internacional.
Precisó que el Pacto de Migración y de Asilo firmado en mayo por los miembros de la Unión Europea "es un buen paso en esa dirección" porque estandarizará la acción de los Veintisiete.
Pero añadió que hay que trabajar también con los países de origen para establecer "pasarelas para la migración regular y disminuir la inmigración irregular".
La OCDE, que no evalúa los flujos de inmigrantes irregulares, destaca en su informe anual que en 2023 el número de migrantes regulares permanentes que llegaron a los países miembros alcanzó una cifra récord de 6,5 millones de personas, un 10 % más que en 2022 y un 28 % más que en 2019, el último año antes de la crisis de la covid.
Para 2024, Scarpetta avanzó que las primeras cifras disponibles apuntan a una ralentización, aunque insistió en que el problema de escasez de mano de obra en el mundo desarrollado es "estructural", y resulta inédito que esas carencias se están dando incluso en una situación como la actual de bajo crecimiento económico.
Por eso puso el acento en que hay que "velar para que los migrantes estén integrados" para "maximizar el impacto en nuestras economías" ya que "si los migrantes están integrados, si pueden trabajar, eso tiene un impacto positivo", entre otras cosas porque pagan impuestos y contribuyen a la Seguridad Social. EFE
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