Washington, 14 nov (EFE).- El polémico congresista republicano Matt Gaetz, del ala dura del partido y ferviente seguidor trumpista, formalizó este jueves la renuncia a su escaño en la Cámara de Representantes de Estados Unidos después de haber sido nominado por el presidente electo, Donald Trump, como próximo fiscal general.
La secretaria de la Cámara, Susan Cole, leyó hoy ante el pleno la carta en la que Gaetz dimite como representante del distrito 1 de Florida y renuncia a ocupar ese mismo cargo en la próxima legislatura pese a haber logrado su reelección en los últimos comicios.
Gaetz dimitió porque Trump anunció el miércoles su intención de postularlo como el nuevo fiscal general de Estados Unidos una vez haya asumido como presidente el 20 de enero.
La nominación de este congresista de 42 años para dirigir el Departamento de Justicia generó una enorme polémica en Washington, puesto que Gaetz es uno de los miembros más radicales del Congreso y sobre él pesan acusaciones por haber mantenido relaciones sexuales con una menor.
De hecho, la primera consecuencia de su dimisión como legislador es que se cierre la investigación que el Comité de Ética de la Cámara Baja estaba llevando a cabo sobre Gaetz por ese caso sin que se haya publicado el informe final.
A pesar de que al fiscal general se le presupone cierta independencia del presidente, Trump quiere a alguien con lealtad a ciegas que lo libere de las investigaciones penales en su contra, incluida la del asalto al Capitolio, y que defienda sus políticas en los tribunales.
También ha declarado su intención de perseguir judicialmente a adversarios políticos como el presidente saliente, Joe Biden.
El nombramiento de Gaetz debe ser ratificado en el Senado, donde los republicanos ostentan una estrecha mayoría de 53 escaños, pero no está claro que vaya a superar el proceso porque su nominación genera suspicacias dentro de su partido.
Gaetz, congresista desde 2017, es considerado uno de los mayores agitadores de la Cámara de Representantes, miembro del ala más radical de los republicanos y alineado plenamente a los deseos de Trump.
Este legislador, impopular incluso dentro de sus propias filas, lideró la revuelta que en 2023 acabó tumbando al entonces presidente de ese hemiciclo, el republicano Mike Johnson, por haber negociado el techo de deuda con los demócratas.
En caso de ser ratificado como fiscal general, Gaetz dirigiría el mismo departamento que lo estuvo investigando por tráfico sexual, una indagación que concluyó el año pasado sin que se presentaran cargos en su contra.
En cambio, el Comité de Ética de la Cámara Baja lo siguió investigando hasta hoy por presunta mala conducta sexual al haber mantenido supuestamente relaciones con una menor de 17 años y por uso ilícito de drogas, acusaciones que él ha negado.
La senadora republicana por Alaska Lisa Murkowski opinó que Gaetz no es "un candidato serio" para el puesto; Susan Collins, de Maine, anticipó que habrá "muchas preguntas" que hacerle en la audiencia del Senado; y Tom Hillis, de Carolina del Norte, subrayó que este tiene "mucho trabajo por delante" para lograr los 50 votos necesarios.
Otros republicanos se han mostrado más abiertos a facilitar la ratificación, como el senador Lindsey Graham, de Carolina del Sur, quien sugirió que la Cámara debe respaldar las decisiones de Trump sobre su gabinete.
Desde la oposición, el senador demócrata John Fetterman, de Pensilvania, opinó que la nominación de Gaetz es un "troleo de primer nivel" por parte de Trump. EFE