Trípoli, 14 nov (EFE).- Las autoridades libias rescataron a 30 personas migrantes y recuperaron los cadáveres de dos de ellas después de que su embarcación precaria se hundiera el miércoles por la noche frente a las costas de la ciudad de Khoms, a 120 kilómetros al este de Trípoli, informó el Servicio de Ambulancias y Emergencias.
Los equipos de rescate continúan con las operaciones de rescate mientras los supervivientes, de diferentes nacionalidades árabes, fueron trasladados al puerto y cinco de ellos hospitalizados, de los cuales uno se encuentra en cuidados intensivos.
Según el último informe semanal de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), los guardacostas libios interceptaron embarcaciones con 332 personas a bordo de cayucos que fueron devueltas al país pese a ser considerado un lugar "no seguro" por las organizaciones humanitarias.
En lo que va de año 19.627 personas- 636 de ellas menores- fueron interceptadas, al menos 568 murieron y 783 se encuentran desaparecidas en la ruta migratoria del Mediterráneo Central, la más mortífera de las conocidas.
El país magrebí, con una población de siete millones de habitantes, acoge a cerca de 720.000 personas provenientes de 44 países, en su mayoría del continente africano, según la OIM, organismo dependiente de Naciones Unidas.
El pasado mes de septiembre el director de la Academia Naval Militar, Abd al-Rahman Milad, considerado por Naciones Unidas como uno de los traficantes de personas más buscados del mundo, fue tiroteado por un grupo armado desconocido.
En 2017 Al Bidja, como se le conocía, saltó a la escena internacional por el uso de la violencia contra migrantes y su participación en operaciones de contrabando y ese mismo año participó en una polémica reunión con funcionarios italianos para discutir sobre cómo frenar el flujo migratorio.
Roma firmó entonces un memorando- posteriormente emulado por Francia, Alemania y Malta- para ofrecer financiación y equipos a la guardia costera a cambio de interceptar las embarcaciones y devolverlas a Libia pese a ser escenario de torturas y abusos según las ONG.
A finales de 2022 el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, visitó por primera vez Libia y anunció que su oficina se había unido a una coalición internacional- en la que participa España, Italia y Reino Unido entre otros- para investigar la trata de personas en el país, delitos que pueden constituir crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra.
Médicos Sin Fronteras ha pedido en numerosas ocasiones facilitar las evacuaciones de la población migrante y ha instado a la Unión Europea y Naciones Unidas a revisar urgentemente y, si es necesario suspender, los actuales acuerdos de cooperación con la Guardia Costera, bajo sospecha por sus vínculos con las mafias. EFE