Shanghái (China), 13 nov (EFE).- El paquete de 10 billones de yuanes (1,4 billones de dólares, 1,3 billones de euros) anunciado la semana pasada por las autoridades chinas es un "buen comienzo" a la hora de afrontar el problema de la 'deuda oculta' de los gobiernos locales del país, afirma este miércoles la agencia calificadora de deuda S&P.
Según las estimaciones ofrecidas por el ministro de Finanzas, Lan Fo'an, el programa reducirá de 14,3 billones de yuanes (2 billones de dólares, 1,9 billones de euros) a unos 2 billones de yuanes (276.874 millones de dólares, 260.674 millones de euros) la 'deuda oculta' de administraciones locales y regionales hacia 2028.
Esta cifra, muy alejada de los 66 billones de yuanes (9,1 billones de dólares, 8,6 billones de euros) que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que han acumulado los canales informales de financiación conocidos como LGFV, se refiere a la deuda de esas entidades que es reconocida como pasivo por los gobiernos locales, apunta S&P.
"El nuevo (programa) de canje de deuda de China reducirá drásticamente la 'deuda oculta' de los LGFV. No obstante, su deuda total sigue aumentando rápidamente, y los LGFV tendrán la responsabilidad de gestionar y pagar su propia deuda corporativa, que es mucho mayor", indicó en un informe la analista de S&P Laura Li.
En su opinión, el plan "hará que las obligaciones subyacentes a la abultada deuda de los LGFV sean casi totalmente transparentes" y permitirá a los gobiernos locales ahorrar en costes de financiación. Lan cifró en unos 600.000 millones de yuanes (83.103 millones de dólares, 78.202 millones de euros) el ahorro a lo largo de los próximos cinco ejercicios.
"Además, el inminente fin de la 'deuda oculta' hará que los gobiernos locales sean más disciplinados en su gestión financiera", apunta Li.
"No obstante, la deuda corporativa de los LGFV es un problema mucho mayor, y este plan no va a arreglarlo. Su deuda es más del doble que hace cinco años porque las entidades tienen problemas por retornos flojos, costos por intereses más altos y una transición inestable hacia un enfoque más comercial", advierte la analista.
Li también considera que los gobiernos serán "cada vez más reacios" a ofrecer apoyo directo para deuda si una de esas entidades entra en crisis.
Si bien el anuncio de Lan decepcionó a algunos analistas, que esperaban estímulos fiscales más ambiciosos para impulsar la demanda o resolver la crisis inmobiliaria, reconocen que la idea general del Gobierno es afrontar "problemas estructurales" y, en este caso concreto, limpiar los balances de los gobiernos locales y regionales para permitirles volver a invertir en proyectos que apuntalen el crecimiento.
Las expectativas eran altas porque, en las últimas semanas, diversos ministerios y agencias del Gobierno chino habían convocado múltiples ruedas de prensa en la que habían anunciado, a cuentagotas, medidas de estímulo destinadas a reactivar la recuperación económica.
La baja demanda nacional e internacional, unida a riesgos de deflación, estímulos insuficientes, una crisis inmobiliaria que no ha tocado fondo o una falta de confianza en el seno de los consumidores y el sector privado son algunas de las causas que esgrimen los analistas para explicar lo que ocurre en la segunda mayor economía mundial. EFE