Quito, 13 nov (EFE).- La Organización Latinoamericana de Energía (Olade) planteó este miércoles la necesidad de una mayor integración energética en la región para enfrentar los efectos, cada vez más marcados, que se dan debido a la crisis climática.
Así lo expresaron algunos de sus miembros este miércoles en la presentación de una nota técnica realizada por la organización, enfocada sobre la ‘Situación de la Interconexión Eléctrica en América del Sur’, con la que se busca brindar datos e información relevante para el análisis de los retos energéticos y climáticos en la región.
Medardo Cadena, asesor de la Olade, cuya sede está en Quito, expresó que “la integración definitivamente ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad que requieren los países y la población de la región para asegurar el abastecimiento energético”.
Entre las conclusiones que ha dejado este informe, Cadena mencionó un incremento en la utilización de las interconexiones que mantienen algunos países de Suramérica de manera bilateral como Ecuador y Colombia o Argentina y Brasil.
“En 2023 tuvimos un incremento del 24 % aproximadamente de la energía que se intercambió entre países”, aseguró Cadena, quien también indicó que la infraestructura de interconexión llegó a tener niveles de utilización de aproximadamente el 40 %, un porcentaje superior al que se ha tenido históricamente, aunque todavía deja espacio para un mayor aprovechamiento.
Los intercambios de energía en América del Sur están marcados por una fuerte bilateralidad, aunque existen iniciativas de integración como el Sistema de Interconexión Eléctrica Andina (Sinea), en el caso de los países de la Comunidad Andina (Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú) o del Sistema de Integración Energética de los Países del Sur (Siesur), que engloba a los países del Cono Sur (Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay).
Estos proyectos abren lugares de encuentro y diálogo que permiten el avance de estos países en la integración energética, como podría ocurrir, según expresó Cadena, en el espacio de un par de años si se consolida un mercado regional andino, conformado inicialmente por Colombia, Ecuador y Perú cuando se complete una interconexión Ecuador-Perú.
Por otro lado, los intercambios entre Estados, normalmente regidos por una complementariedad en torno a las épocas de importación y exportación de energía, se están viendo afectados por los efectos del cambio climático, que hace que confluyan los períodos de sequía en países como Ecuador y Colombia.
Actualmente Ecuador afronta apagones programados de 12 horas al día por una grave sequía en los ríos que alimentan a sus principales centrales hidroeléctricas, mientras que Colombia ha suspendido la venta de electricidad con el vecino país ante una situación también de déficit hídrico que no le permite tener excedentes de energía para exportar.
“Esto trae consecuencias en el orden de tener unos mayores costos de generación (…), conlleva mayores emisiones e inclusive condiciones de racionamiento como las que vive Ecuador en los actuales momentos”, anotó Cadena.
En relación, Cadena apuntó que los países que han logrado sobrellevar de mejor manera estas situaciones son aquellos que tuvieron las mejores condiciones de interconexión e intercambio con sus vecinos.
“Esta es una lección que debemos asimilar, que debemos aprender y que debe servir para marcar lo que debe ser el nuevo rumbo de la región hacia la construcción y el fortalecimiento de mercados energéticos subregionales que posteriormente podrían convertirse en un gran mercado regional de energía”, aseguró Cadena.
Los intercambios en esta región se dan en el marco de una fuerte bilaterialidad, a través de acuerdos nacionales, pero se aspira, según expresó Fabio García, consultor de Olade, a un mercado eléctrico coordinado como el que existe en América Central a través de la Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (Siepac). EFE