Bakú, 12 nov (EFE).- Medio centenar de líderes mundiales desfilaron este martes por la COP29 de Bakú, que en su segundo día acogió nuevas demandas y compromisos de jefes de Estado y de Gobierno, con el foco puesto en garantizar la financiación suficiente para hacer frente a la crisis climática.
"Estamos en la misma canoa", "se refieren a nosotros como países vulnerables, pero no tenemos una historia de fragilidad" fueron algunas de las frases expresadas por presidentes de las Islas Marshall y Maldivas, respectivamente, y aplaudidas en el plenario de la cumbre del clima de la ONU que hasta el 22 de noviembre se celebra en la capital azerí.
La sala recibió a mandatarios como el primer ministro británico, Keir Starmer; el presidente español Pedro Sánchez, su homóloga de Barbados, Mia Mottley; o el presidente de Turquía, Tayyip Erdoğan, entre otros.
Muchos países del G20 no acudieron a la cita; entre ellos, el presidente saliente de EEUU, Joe Biden; el ruso Vladimir Putin, el chino Xi Jinping, el francés Emmanuel Macron o la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen.
En la jornada encadenaron sus comparecencias diferentes representantes políticos, muchos de ellos de estados en desarrollo, que subrayaron la necesidad de facilitar el acceso a los fondos públicos y a las inversiones privadas para acelerar su descarbonización y mejorar su capacidad de resistir los impactos de la crisis climática.
La Agencia Internacional de la Energía predice que solo este año se invertirán 2 billones de dólares en energías limpias e infraestructuras, recordó en una rueda de prensa el secretario ejecutivo de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Simon Stiell, natural de la isla de Granada.
“Eso es notable, pero es solo una fracción de la economía mundial”, matizó, “y la inmensa mayoría se concentra en unos pocos grandes mercados. La inversión climática debe fluir hacia donde se necesita”.
Still celebró el acuerdo ultimado al final de la primera jornada de la cumbre, en que las partes aprobaron una regulación para los mercados de carbono, algo que el negociador principal de la COP29, el azerí Yalchin Rafiyev, valoró como un “muy buen comienzo” para el arranque.
En la inauguración de la cumbre de líderes, que dura dos días y se enmarca en la COP29, el secretario general de la ONU, António Guterres, abogó por gravar el transporte marítimo, la aviación, la extracción petrolera y gasística, a fin de ampliar el espacio fiscal para costear la transición climática, el asunto central en Bakú.
El discurso de Guterres se alinea con el que llevan años defendiendo países en desarrollo y más expuestos a los impactos climáticos, como Barbados, cuya primera ministra, Mia Mottley, enfatizó los "serios daños" causados por el huracán Beryl en su país y trasladó al resto de líderes los siete aspectos que a su juicio deben contener los nuevos compromisos de financiación climática que salgan de la cumbre.
Esos siete puntos incluyen, por ejemplo, la capitalización “adecuada” del fondo para pérdidas y daños, que a día de hoy únicamente cuenta con 700 millones de euros, lamentó, así como la capitalización de la ventanilla dedicada a los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo en el Fondo Especial para el Cambio Climático.
Sus sugerencias también pasan por transformar la arquitectura financiera internacional, reformando las instituciones multilaterales de desarrollo, pues “tenemos que cambiar las reglas del juego”, dijo, y por aflojar el nudo que constriñe al espacio fiscal, con el fin de recabar nuevas fuentes de financiación.
“Aceptamos que los compromisos actuales con dinero público pueden no ser suficientes, por lo que hay que plantearse gravámenes”, aseguró Mottley, como los que sugiere la Global Solidarity Levies Task Force, de la que España forma parte.
El presidente español, Pedro Sánchez, trasladó a Mottley en un evento celebrado en la COP29 su “total apoyo y compromiso” a la coalición que la primera ministra de Barbados lidera junto a Francia y a Kenia, y Mottley también ofreció sus condolencias por las inundaciones recientes en Valencia, en las que perdieron la vida al menos 222 personas.
Ante el resto de líderes políticos en el plenario, Sánchez se refirió a la tragedia de Valencia para apelar a la conciencia de la comunidad internacional y que reaccione ante la evidencia de que "el cambio climático mata", deje de "arrastrar los pies" y combata a los negacionistas.
Proclamó que había acudido a la cumbre para alertar "de una terrible verdad que la ciencia lleva demasiado tiempo señalando y que, aun así, muchos siguen despreciando: la letalidad del cambio climático".
Sánchez también se reunió con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Heydar oghlu Aliyev, quien trasladó su pésame al español por el desastre ocurrido en Valencia.
En representación de la Unión Europea, presidente del Consejo, Charles Michel recalcó que “el euro es la moneda del clima, es la moneda de la financiación verde”, para reivindicar la implicación del proyecto comunitario en la financiación climática internacional.
Por su parte, el británico Starmer enfatizó que el Reino Unido está “en primera línea” contra el cambio climático, tras confirmar que el objetivo de su Gobierno es reducir en al menos un 81 % las emisiones de gases contaminantes para el año 2035, compromiso que las organizaciones ecologistas y de la sociedad civil aplaudieron.
“No hay seguridad nacional, no hay seguridad económica, no hay seguridad mundial sin seguridad climática”, aseveró Starmer en una rueda de prensa.
El miércoles, en el tercer día de la COP29 -el segundo de la cumbre de líderes- se espera la intervención de otros mandatarios, como el primer ministro ruso Mikhail Mishustin o la italiana Giorgia Meloni. EFE