Rostyslav Averchuk
Leópolis (Ucrania), 12 nov (EFE).- Al tiempo que algunas de sus mejores unidades repelen con éxito los contraataques de las tropas del Kremlin en la región rusa de Kursk, Ucrania se ve obligada a enviar refuerzos a Kurájove, su bastión en la región oriental de Donetsk, donde sus fuerzas luchan por limitar el avance del enemigo.
La situación es muy complicada y los ucranianos tienen que estar moralmente preparados para una retirada de Kurájove, afirma el observador militar Oleksandr Kovalenko en el último informe para el Grupo de Información de la Resistencia, entre noticias sobre los avances rusos al sur de la ciudad.
Aunque la 33ª brigada ucraniana infligió grandes pérdidas al enemigo en el pueblo de Dalne, las fuerzas rusas siguen acercándose a su objetivo de cercar a las fuerzas ucranianas en la zona.
Una probable retirada
Los refuerzos ucranianos están llegando a la zona, según afirma la plataforma analítica DeepState, con el fin de reforzar la defensa, como anunció el lunes el presidente, Volodímir Zelenski.
No está claro si pueden mejorar significativamente la situación allí, ya que Rusia recurre a su táctica favorita de combinar ataques frontales desde el este con el envolvimiento de la ciudad desde el sur y en el norte.
El alcance de los daños sufridos por la presa situada al noroeste de la ciudad sigue sin conocerse tras los informes de su destrucción el lunes, ya que las autoridades no han podido acceder al lugar debido a los combates. De momento, las inundaciones no han afectado a los residentes.
Según diversas evaluaciones, el colapso de la presa podría ralentizar el avance de Rusia, pero también complicar el aprovisionamiento logístico de los soldados ucranianos.
Ahora la cuestión clave es cuándo se va a producir la retirada de Kurájove y cuán grandes van a ser las pérdidas que sufrirán las tropas rusas, subraya Kovalenko.
La contraofensiva rusa en Kursk fracasa por ahora
El lunes, Rusia actualizó su récord de pérdidas por segundo día consecutivo, con 1.950 soldados heridos o muertos, según Kiev, tras malograr ya 1.770 efectivos el domingo.
Muchas bajas se produjeron en la región rusa de Kursk, donde hasta ahora sus fuerzas no han logrado avances significativos tras lanzar otra contraofensiva hace varios días.
Según DeepState, las tropas rusas capturaron más de 12 kilómetros cuadrados cerca de dos localidades al oeste de Sudzha, la principal ciudad tomada por los ucranianos en la región desde su incursión en territorio ruso en agosto pasado.
Solo en Novoivanivka, 29 tanques y otros vehículos blindados de combate fueron empleados en cinco asaltos el lunes. Sin embargo, al menos 18 de ellos fueron destruidos y las bajas ascendieron a 300 soldados en lo que DeepState califica de "día negro" para Rusia.
Una de las brigadas mejor equipadas de Ucrania, la 47, inutilizó al menos 10 de ellos, según ha confirmado su portavoz, Anastasia Blishchik, a la televisión ucraniana. Calificó la situación de "difícil pero bajo control" y aseguró que su unidad no ha combatido hasta ahora con ningún soldado norcoreano.
Según explicó el lunes Zelenski, Rusia acumula en Kursk cerca de 50.000 soldados con el objetivo de expulsar a las tropas ucranianas de territorio ruso, incluidos unos 11.000 norcoreanos.
El hecho de que Ucrania emplee algunas de sus mejores unidades en esta zona atestigua la importancia de su presencia continuada en territorio ruso y su papel potencialmente clave en unas negociaciones de paz, declaró a EFE Oleksí Melnik, analista militar del centro de estudios Razumkov.
Futuro incierto
Melnik considera que es preocupante la situación cerca de Kurájove y Pokrovsk, localidad esta última que también se encuentra en la región oriental de Donetsk, pero subraya el alto precio pagado por Rusia en vidas de sus soldados y equipamiento por unas ganancias territoriales relativamente limitadas.
"No está nada claro que Rusia pueda seguir avanzando y acercándose a su objetivo de hacer colapsar la defensa de Ucrania si sigue sufriendo tales pérdidas", subrayó.
Por ahora, Rusia sigue avanzando cerca de Pokrovsk. Múltiples cuerpos de civiles muertos y coches destruidos están esparcidos por la carretera clave de Shevchenko a Andrivka, atacada ahora constantemente por los drones suicidas de Rusia, escribe Stanislav Buniatov, oficial del batallón 'Aidar'.
También se observa más actividad cerca de Robotine, en la región sureña de Zaporiyia, informa el bloguero militar ucraniano conocido como 'Alex'.
"Nuestros hombres esperan una ofensiva inminente del enemigo", escribe. EFE
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