Val Torres
París, 10 nov (EFE).- Mientras el régimen revolucionario de Robespierre infundía el terror y la represión entre la población con su política de la sospecha y la guillotina, la luz se colaba entre las tinieblas políticas a través del arte, la cultura y el cambio de la mentalidad en el París de 1793 y 1794.
Esta mirada alternativa a un año oscuro en la historia francesa es el elemento central de la nueva exposición que ha abierto sus puertas en el Museo Carnavalet de Historia de París.
La muestra 'París 1973-1974. Un año revolucionario' explica cómo la capital europea del arte, de las ideas ilustradas y de una sociedad en transformación tras la caída de la monarquía, vivió un año denominado históricamente como el 'Terror', pero que también fue un año de contrastes, cambios e innovaciones.
En ella se relata cómo fue la vida cotidiana en la capital francesa durante el 'Terror', que fue un año "crucial" para la historia de París, según explicó a EFE el comisario de la exposición, Philippe Charnotet.
Esa importancia se debe al "contraste" entre la agitación política por el paso de la monarquía a la república y la transformación social que se produjo en los ámbitos privados, educativo y cultural, detalló.
Lejos de lugares comunes y prejuicios, el Carnavalet propone redescrubrir esta época y su "herencia contradictoria" a través de más de 250 objetos de la vida cotidiana parisina.
El recorrido ofrece una presentación cronológica sobre como era el día a día de los habitantes de la ciudad, para culminar con el riguroso proceso penitenciario y judicial que sufrían los acusados de ser contrarrevolucionarios.
Antes de que el Tribunal de Excepción debatiera sobre su libertad o su ejecución, a los acusados se les retenía en unas abarrotadas prisiones donde muchos de ellos perdían la vida a causa de las pésimas condiciones de las cárceles.
París como palanca de cambio social
A pesar de este oscuro episodio de la historia francesa, que finaliza con la ejecución de Robespierre el 28 de julio de 1974, Charnotet pone el foco en el cambio de mentalidad social que supuso el paso de la monarquía a una república.
Este cambio se refleja en objetos cotidianos e inéditos de la época como manuales escolares o la inscripción de los alumnos en escuelas parisinas en el contexto de la educación primaria universal y gratuita impulsada en la época revolucionaria.
La ferviente vida cultural de París también propagó las ideas revolucionarias sirviéndose, mayoritariamente, de la creación teatral y musical, expuesta a través de marionetas infantiles con el uniforme revolucionario, partituras de diferentes óperas o pinturas que representan episodios estrella de los años revolucionarios, como la Toma de la Bastilla.
Otro momento clave es la abolición de la esclavitud en las colonias francesas por parte de la Convención Nacional, un avance puesto en entredicho por los historiadores debido a su carácter propagandista y su poca eficacia para la mejora de la calidad de vida de la población negra.
Además, el férreo control ejercido por el régimen del Terror abrió la puerta a varias innovaciones en París, como la imposición obligatoria de documentos de identidad o el registro escrito de todo el enjuiciamiento al que se sometió a los condenados por sospecha de contrarrevolucionarios, todo ello tratado en la exposición.
Entre estos documentos judiciales se encuentran los de personajes célebres como la escritora feminista Olympe de Gouges o la reina destronada María Antonieta, ambas decapitadas en la guillotina.
Con la prisión como elemento central, el recorrido finaliza con un repaso por varios de los condenados más controvertidos que terminaron siendo ajusticiados, como el revolucionario Danton, sala ilustrada con un detallado mapa que señala las principales prisiones de la época y las plazas donde tenían lugar las ejecuciones públicas. EFE
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